por María Josefina Arce
Esta semana parece ser en Argentina de gran efervescencia social, luego de un mes de marzo de un gran movimiento de protesta. Los argentinos se aprestan a realizar marchas contra la política neoliberal del presidente Mauricio Macri, que ha llevado a un notable aumento de la desigualdad en el país sudamericano.
Para el jueves está previsto un gran paro nacional, convocado por la CGT, Confederación General del Trabajo, a la que se sumaron también las otras dos grandes centrales sindicales. La protesta amenaza con paralizar las labores de varios sectores.
En recientes declaraciones difundidas por el portal Ámbito Financiero, el dirigente Juan Carlos Schmid, uno de los tres secretarios de la CGT, apuntó que el paro 'va a tener un alcance muy fuerte' y después de esta medida el gobierno tendrá que 'tomar nota de un malestar que se viene extendiendo desde los últimos meses'.
Ya la empresa Aerolíneas Argentinas adelantó que esta paralización le costará a la compañía, que cuenta con subsidios del estado, pérdidas por más de 7 millones de dólares y afectará a 20 000 pasajeros.
Esta gran protesta estará antecedida por la de los docentes agrupados en la Confederación de Trabajadores de la Educación. De hecho el conflicto con los profesores lleva ya varias semanas y los maestros de la provincia de Buenos Aires aún permanecen en paro.
Los docentes, que escenificaron varios días de huelga a lo largo del pasado mes, demandan que el ajuste salarial de este año compense una inflación que llegó al 40,9% en 2016, según datos oficiales, y mejoras en el sistema público de educación.
El descontento crece en territorio argentino ante los despidos, el aumento de la pobreza, la desocupación, los tarifazos y las medidas de ajuste. La realidad es que desde que asumiera la presidencia en 2015 Macri ha sido asediado por constantes protestas ante el deterioro de la situación social del país.
En Argentina hay un millón y medio de pobres nuevos desde el inicio del mandato de Macri, quien ha atacado los derechos laborales, de los jubilados y trata de poner tope a los reclamos salariales ante una inflación que no cede.
Sin embargo, el presidente parece mirar para otro lado, pues el pasado mes ante el Congreso aseguró que la economía "está mejorando" con aumento de las exportaciones de cereales y frutas.
Los analistas estiman que la actual situación ha provocado que una parte importante de la ciudadanía perciba a la alianza gobernante Cambiemos como un gobierno de derecha, insensible o de ricos para los ricos.
Y es que las promesas en materia económica formuladas por el empresario durante su campaña electoral no se han traducido en más empleo u otros beneficios económicos.
Argentina por el contrario, se encuentra inmersa en una compleja situación económica que repercute en la clase trabajadora y el resto de la sociedad.
En un año clave para el gobierno ante las elecciones de medio término que tendrán lugar en octubre venidero, crece el descontento social y las críticas a la política, que muchos califican como de destrucción, del presidente, al tiempo que es cuestionado ante la justicia por dar favores económicos a empresas de su rica familia.
Macri no ha tenido un primer año de gobierno nada fácil y el 2017 no parece que vaya a ser distinto, pues los argentinos están cansados de ver como se deteriora su situación, mientras se siguen enriqueciendo los grandes empresarios.