por María Josefina Arce
Dios los cría y el diablo los junta, ningún dicho tan certero cuando de ciertos congresistas norteamericanos se habla, que en vez de preocuparse por los problemas de su país, han hecho de sus ataques contra los gobiernos progresistas de América Latina como los de Venezuela y Nicaragua su razón de ser.
A los intentos del legislador Marco Rubio de echar por tierra el orden constitucional en Venezuela, se suman ahora los de la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, también conocida por sus posiciones extremas contra Cuba y otras naciones del área, para bloquear los préstamos que Nicaragua solicite en organismos multilaterales, si no restablece a su entender la democracia.
La denominada ‘Nica Act’ ya había sido presentada en septiembre último, y aunque fue aprobada por la Cámara de Representantes, no alcanzó a ser discutida en el Senado. Ahora la pasada semana 25 congresistas republicanos y demócratas la introdujeron de nuevo, en sus intentos por deponer al gobierno del presidente Daniel Ortega, elegido democráticamente en las urnas.
El proyecto de ley especifica que Estados Unidos solo aprobaría los préstamos internacionales a Nicaragua, en los organismos financieros que tiene voto decisivo, por “razones humanitarias” o para promover en el país centroamericano la democracia que ellos entienden.
La nueva versión amplía las condiciones de Estados Unidos para que se otorguen los préstamos, al también demandar el combate a la corrupción, incluyendo la investigación de altos funcionarios supuestamente involucrados en actos de este tipo, con un mandato para que el Departamento de Estado presente un informe al respecto, ahora en noventa días, y no en 120 como la propuesta original.
El gobierno del presidente Daniel Ortega descalificó el proyecto, el cual catalogó como una propuesta hostil contra el derecho del pueblo nicaragüense al bienestar, la seguridad, el trabajo y la paz.
El presidente del gremio empresarial, José Aguerri, por su parte, consideró que 'cualquier disposición que perjudique al país no debe ser aceptada'.
Los más diversos sectores de la economía nicaragüense han coincidido en que dicha ley podría obstruir el desarrollo económico del país centroamericano, cuyo crecimiento se ha mantenido estable en los últimos años por encima del cuatro por ciento.
De acuerdo con fuentes oficiales, los préstamos se han destinado a mejorar las condiciones de vida de la población nicaragüense, Es así que se han empleado en la construcción y transporte; electricidad, gas y agua, así como para proyectos de salud y educación.
Como desde la década del sesenta del siglo pasado se pretendía con el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, ahora también se pretende ahogar económicamente a Nicaragua, un país que destaca por su lucha contra la pobreza y el hambre, como han reconocido organismos internacionales como la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y por haberse convertido en la nación más segura de Centroamérica.