Por María Josefina Arce

Uno de los proyectos más importantes para Sudamérica en el plano económico, social y de su integración va tomando forma. Con una extensión de miles de kilómetros, el tren Bioceánico involucra a Bolivia y a varias naciones vecinas, en un esfuerzo conjunto para avanzar en su desarrollo.

La iniciativa conectará el eje central de la nación del altiplano mediante un sistema moderno y rápido, además de enlazar a las economías de Brasil, Paraguay, Perú y Argentina.

Previsto para inaugurarse en 2023 se estima que el ferrocarril comience en Puerto Santos, Brasil; ingrese a Bolivia por Puerto Suárez, pase por los municipios de Santa Cruz, Montero y Bulo Bulo hasta llegar al altiplano de La Paz, para salir a Perú por el hito 4 y terminar en el Puerto de Ilo, uniendo los océanos Atlántico y Pacífico.

El tren bioceánico también estimulará el comercio de Sudamérica con China, Corea del Sur, la India y Japón, considerados el nuevo epicentro del dinamismo económico del siglo XXI.

La obra contará con la cooperación de Alemania, Suiza y Francia en el aspecto técnico y para consolidar las diferentes etapas previas antes de definir el diseño definitivo.

Ya existen estudios sobre inversión, evaluación ambiental, diseño básico, costos de producción y operación para consolidar el proyecto ferroviario que unirá los dos océanos.

Con un costo aproximado entre 10 mil y 14 mil millones de dólares, la iniciativa permitirá que las exportaciones no tradicionales también tengan a su alcance un corredor logístico sumamente competitivo.

Económico, pero también social será el impacto del tren, pues generará empleos, permitirá la transportación de unos seis millones de pasajeros y también incentivará el desarrollo de diversas regiones menos favorecidas de los países implicados.

Ese es el caso de Brasil, estiman los expertos, pues podrá integrar plenamente a su economía a Acre y Rondonia, cuya conexión con los grandes centros de producción del este brasileño es pobre.

Adicionalmente con la salida al Pacífico, reforzaría Brasil sus lazos comerciales con los países latinoamericanos.

En marzo pasado los países involucrados en el proyecto acordaron efectuar reuniones mensuales para evaluar temas referidos con la legislación, especificaciones técnicas, estrategia y financiamiento de las obras para concluir la vía férrea en los próximos cinco años.

El corredor ferroviario permitirá contar con tecnología de punta y facilitará el desarrollo de esa industria con la creación de plantas para el material rodante, el ensamblaje de locomotoras, los vagones y las líneas.

La iniciativa boliviana, apoyada por otras naciones del área, no redundará solo en el beneficio de estos países, sino que constituye un proyecto de integración, con una mirada hacia el mundo que favorecerá el desarrollo socioeconómico de toda Sudámerica.