Por: Roberto Morejón

Cuba consolidará sus estrechas relaciones con el pueblo saharaui que encontró en el país caribeño una mano tendida para ayudarlos en los servicios de salud y la superación educacional.

Durante su visita a la República Árabe Saharaui Democrática, asentada en el desierto norafricano, el viceministro primero de Relaciones Exteriores de Cuba, Marcelino Medina, reiteró la posición de su país con respecto a ese pueblo.

Cuba ratificó su apoyo a la lucha de los saharauis por alcanzar la libre determinación e independencia, conculcada por Marruecos, cuya ocupación obliga a decenas de miles de personas a residir en campamentos de refugiados.

Hacia allí se dirigió el alto funcionario cubano, quien analizó con sus interlocutores la posibilidad de aumentar los vínculos y asistencia técnica.

En estos momentos trabajan cooperantes cubanos en los campos de refugiados habilitados en el sur de Argelia y allí comparten las difíciles condiciones del desierto.

Más de mil jóvenes saharauis completaron estudios en Cuba, sobre todo de Medicina, otra de las variantes de la cooperación bilateral susceptible de ahondar.

Cuba ha estado al lado del pueblo saharaui desde el primer día de la lucha contra la colonización de España y durante la ocupación marroquí.

Hace más de cuatro décadas Marruecos invadió el Sahara Occidental y el Frente POLISARIO, único representante legítimo del pueblo saharaui, inició una lucha que dio paso a un alto al fuego y hoy se espera por una solución política al diferendo.

La República Árabe Saharaui Democrática aspira a que Rabat sea realista, acepte la legalidad y aplique las resoluciones de la Unión Africana y de la ONU.

La Unión Africana hizo efectivo durante su vigésimo octava cumbre en Etiopía el regreso de Marruecos a esa organización, 32 años después de su salida voluntaria de la entonces Organización de la Unidad Africana.

Marruecos se separó de esa entidad en respuesta a que la mayoría de los países miembros reconocieron a la República Árabe Saharaui Democrática.

Más de 80 Estados en el mundo reconocen a esa república asentada en tierras del exilio y abogan por una solución negociada del conflicto que tenga en cuenta los legítimos derechos del pueblo saharaui a la autodeterminación.

Después de una ruptura aplicada por Rabat en mil 980 por la cuestión del Sahara Occidental, Marruecos y Cuba restablecieron relaciones diplomáticas en abril último guiados por la voluntad de desarrollar vínculos amistosos y la cooperación.

Esa decisión, que ayuda al intercambio de puntos de vista sobre las respectivas posiciones en materia política, NO impide a Cuba ampliar sus relaciones con el pueblo saharaui, sometido a duras condiciones de vida.