Trabajadores cubanos de la salud se pronuncian por elevar calidad en los servicios

Editado por Maite González Martínez
2017-06-13 09:37:01

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Por: Roberto Morejón

Por un aumento de la calidad de los servicios de salud se pronuncian los cubanos, sin dejar de enaltecer un sistema gratuito que descansa en los consultorios del médico de la familia y culmina en los hospitales, muchos de ellos bajo proceso inversionista.

En una reciente reunión sindical, los representantes de los casi 480 mil trabajadores de la salud debatieron sobre los aciertos en los servicios y enfatizaron en los aspectos neurálgicos.

Es cierto que habituados a recibir una prestación estable, los cubanos suelen ser muy acuciosos al valorar la atención de médicos, enfermeros y técnicos.

Al tiempo que reconocen su dedicación, altruismo y profesionalidad, exponen en las asambleas del Poder Popular las que consideran como insuficiencias, sobre todo en el funcionamiento de los médicos de la familia.

Muy al tanto de ese y otros puntos de vista, el Ministerio de Salud Pública enfatiza en la mejoría del programa asistencial en la base, el pilar del sistema.

A tal efecto se refuerza la cobertura de los requerimientos materiales de policlínicos y consultorios del médico de la familia, donde según criterios del Ministerio debe resolverse 70 por ciento de los casos atendidos en los cuerpos de guardia de los hospitales.

La entidad rectora también avanza en el campo organizativo, la entrega de recursos materiales y la atención esmerada a los profesionales y técnicos.

A la par, las autoridades del ramo comenzaron acertadamente a hablar públicamente de costos, eficiencia y normas de consumo del sistema de salud, pues si bien a nadie se cobra, se sostiene con fuertes erogaciones del Estado.

Para tener una idea del respaldo financiero debe destacarse la reorganización de la actividad hospitalaria según el nivel de complejidad, la reparación de inmuebles y la adquisición de nuevas tecnologías.

Ese proceso contribuyó a una mejoría de los indicadores de salud como la tasa de mortalidad infantil, en 4,3 por cada mil nacidos vivos, la esperanza de vida, de 78,45 años, y la certificación como el primer país en eliminar la transmisión madre-hijo del VIH y la sífilis.

Igualmente se reparan los hogares de ancianos y se trata de reducir el déficit transitorio en el cuadro de medicamentos a la venta.

Todo ello como parte de las transformaciones inherentes al perfeccionamiento del modelo económico y social del país, encaminado a continuar mejorando los patrones de salud, aumentar la complacencia con las atenciones y hacer más eficiente y sostenible el sistema.

Los trabajadores de la salud discutirán en su sindicato cómo ser mejores y más disciplinados, a sabiendas de que su labor tiene impacto en la sensibilidad de las personas.



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