por  Nicanor León Cotayo

Días atrás el Nuevo Herald publicó un texto que atrapó la atención de muchos lectores floridanos, e incluso de otros lugares. Su fecha es 5 de agosto y el texto reza: Miami, esa región paradisíaca de playa y sol que pareciera ser “una especie de infierno en la Tierra”.

Cita varios estudios de la empresa de finanzas personales WalletHub, donde se habla del gran estrés que predomina en la ciudad.

También la caracteriza como una de las peores para alquilar o comprar vivienda, y tener familia, así como exhibir los residentes más pobres. Sin embargo aclara que una parte de los lectores del Nuevo Herald rechazan tales críticas y defienden a quienes habitan el sur de la Florida.

¿Argumentos? Que no es lo peor, pues sus problemas son similares a los existentes en otras áreas metropolitanas del país.

Al comparar la situación dice que en 2015, las mejores ciudades para las familias situó a Hialeah en el 109 y a Miami en el 114, mientras Coral Gables en el 14.

Respecto a las mejores localidades floridanas para trabajar en 2016, Miami está en el puesto 92 y Hialeah en el 129.

A la vez, Coral Gables ocupa la posición 23, Sweetwater la  28, Fort Lauderdale de 37, Doral de 38, Davie de 42 y Miami Beach de 43.

Entonces, pregunta la autora del artículo, Johanna A. Alvarez, ¿por qué Miami y Hialeah suelen estar al final de las listas de WalletHub?

Una analista de esa institución, Jill González, respondió, que ambas ciudades entre otras calamidades “tienen  uno de los mayores costos de vivienda en el país”.

Ello se traduce, añadió, en bajos índices inmobiliarios y en problemas para conseguir propiedades asequibles.

González recordó que Miami y Hialeah tienen uno de los ingresos familiares promedio “más bajos de Estados Unidos”.

Añadió que un alto porcentaje de residentes vive por debajo de la línea de pobreza, más del 28 por ciento”.

También como singular consuelo apuntó que, en aras de frenar la depresión entre ellos, ambas ciudades ofrecen pintorescas actividades de entretenimiento.

Pero en medio de tan hondas dificultades brilló la explicación que el alcalde de Miami, Tomás Regalado, brinda al respecto:

Todo radica en divulgar mejor la diferencia que hay, entre esta y el municipio (condado) de Miami-Dade.

Así de simple, como pobre y anquilosada es la capacidad intelectual del ilustre alcalde de la titulada Ciudad del Sol.