Por Guillermo Alvarado (RHC)

Esta es una pregunta que irrita al gobierno de Argentina, que preside Mauricio Macri, y mantiene una gran inquietud en esa sociedad por el destino del joven activista, presuntamente capturado por los gendarmes, en un país donde hay unos 30 mil desaparecidos durante las dictaduras militares, de los que se sabe poco o casi nada.

Santiago Maldonado, joven artesano de 28 años originario de Buenos Aires, marchó hasta la región de los mapuches, en el sur, para respaldar a los indígenas en el reclamo de sus tierras ancestrales arrebatadas con argucias legales y vendidas luego a una corporación transnacional.

Fue visto con vida hace exactamente un mes, cuando fuerzas de la gendarmería reprimieron una concentración en la localidad de Cushamen, de la provincia de Chubut.

Los agentes dispararon balas de goma y plomo contra hombres, mujeres y niños lo que provocó una desbandada y, según testigos, Maldonado fue rodeado por los represores quienes se lo habrían llevado.

Hasta el momento la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que tiene a su cargo la Gendarmería, así como el presidente Macri, defienden a la policía que niega haber capturado al joven activista.

Pero, múltiples sectores de la sociedad y también en el exterior hablan ya de una desaparición forzada e incluso de un crimen de Estado, similar a los perpetrados por las dictaduras, y critican la dureza de la represión y que ninguno de los participantes en el operativo ha sido separado aunque sea de manera temporal de ese cuerpo.

También se comienza a trasladar una parte de la responsabilidad por estos hechos a la multinacional Benetton, quien ocupa una extensa zona de 900 mil hectáreas, donde cría unas cien mil ovejas que le proveen casi el diez por ciento de la lana utilizada en sus confecciones.

Esas tierras pertenecen desde tiempos inmemoriales a los mapuches, que mantienen una fuerte lucha por sus derechos, hasta ahora ignorada por los gobiernos argentinos.

En este escenario ocurrió la desaparición de Maldonado que está poniendo rápidamente en entredicho al ejecutivo de Macri justo en las puertas de un período electoral que podría volverse complejo.

Durante el pasado fin de semana el tema llegó a las redes sociales y en todo el mundo se emitieron 500 mil mensajes por Twitter donde pedían al gobierno que aclare la situación del conocido como “el último desaparecido de Argentina”.

Ya el caso llegó también al pasatiempos favorito de ese país, el fútbol. Dos equipos de primera, San Lorenzo y Temperly, pusieron pancartas en sus estadios reclamando la aparición del joven, mientras el portero suplente de la selección nacional, Nahuel Ignacio Guzmán, portó una camiseta negra con letras blancas donde preguntaba: ¿Dónde está Santiago?

A nadie más que a Macri le interesa responder a esa pregunta, si bien ello podría significar mostrar al público el verdadero rostro de su democracia y del cambio que le prometió a los argentinos como vía para llegar al poder.