Por: Roberto Morejón
Cuba se alinea junto a las voces levantadas en el mundo para denunciar el peligroso rumbo de algunas potencias a fin de determinar ellas mismas el curso de las acciones globales, en detrimento de la mayoría de Estados más pequeños.
El curso de los acontecimientos pone de relieve las tentativas de liquidar el multilateralismo y las políticas esbozadas al finalizar las dos guerras mundiales y con la creación del sistema de Naciones Unidas.
Vivimos una época donde la retórica de algunos líderes ensalza el respeto a la soberanía e independencia de los Estados, pero en la práctica ordenan guerras y golpes para cambios de régimen.
Afrontamos los impulsos obsesivos para imponer el unilateralismo, como denunciaron representantes de Bolivia, Venezuela, Irán, entre otros, en el período de sesiones 72 de la Asamblea General de la ONU.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, resaltó allí cómo se aplican ilegalmente medidas coercitivas unilaterales y herramientas financieras, judiciales y de otro tipo para negar la libre determinación de los pueblos.
Si los poderosos “descalifican” un proceso político en un país, simplemente organizan una campaña mediática, buscan aliados y tratan de aislar esa práctica porque “desafía” los modelos al uso.
En el propio escenario de Nueva York, el auditorio de la Asamblea General escuchó con asombro cómo el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con destruir a Corea del Norte, aplicar más sanciones a Venezuela y desconocer el pacto nuclear con Irán.
La OTAN sigue con sus aires belicistas y, como dijera el Canciller cubano, sus Estados miembros atentan contra la paz y la seguridad y el Derecho internacional al promover intervenciones militares y conflictos NO convencionales contra países soberanos.
En tiempos de bravuconería impune, un gobernante enarbola conceptos primitivos como “Estados canallas”, defiende el criticado proteccionismo comercial y ordena la expulsión de migrantes y levantar muros en fronteras.
Son muchos los que atinadamente se inquietan por el lenguaje de irracionalidad que sustituye la diplomacia.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, alertó que la tentativa de utilizar la amenaza militar y la fuerza para detener la tendencia irreversible al multilateralismo y policentrismo, provocará graves peligros para la paz y la seguridad internacionales.
Ambos atributos deben ser defendidos y preservados mediante la movilización internacional, advirtió Rodríguez.
Las denuncias escuchadas en la ONU contra los afanes unilateralistas de los poderosos deben promover un movimiento mundial de repulsa que a su vez abogue por proteger y reforzar el multilateralismo.
