Con un modelo propio, los cubanos culminaron elección de autoridades municipales

Editado por Maite González Martínez
2017-12-04 07:14:08

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Por: Roberto Morejón

Con una participación consciente, los electores cubanos votaron en la segunda vuelta de los comicios locales, jornada que culminó un proceso satisfactorio, aunque en Occidente trataron de hallarle sombras.

La segunda ronda de la concurrencia a las urnas solo abarcó a las circunscripciones donde anteriormente no se pudo elegir un delegado a la asamblea municipal del Poder Popular.

Al sufragio inicial del 26 de noviembre acudieron más de siete millones 600 mil ciudadanos, para 89,02 por ciento, en franco respaldo al sistema político y democracia autóctona, diferentes a los patrones de Occidente.

En ese contraste radica la raíz de muchos de los señalamientos al sistema electoral cubano.

Con superficialidad y perfidia pasan por alto grandes medios corporativos de comunicación la prueba democrática concretada en Cuba, cuando en asambleas abiertas los vecinos propusieron a sus candidatos a delegados.

Sin la guía del Partido Comunista, el Poder Popular organiza las reuniones de moradores de barrios y las posteriores elecciones, como las convocadas los dos últimos fines de semana.

Representantes de gobiernos autoproclamados como paladines de un único modelo democrático ---el de Occidente---, se erigen en jueces universales para tratar de menoscabar experiencias diferentes, propias de la historia e idiosincrasia de los pueblos.

Es el caso de Cuba, donde la mayoría de los ciudadanos respalda un sistema distante del cacareado pluripartidismo.

En el modelo occidental prevalecen el dinero, oscuras campañas proselitistas y promesas ampulosas de los candidatos, olvidadas posteriormente, bajo un ideario roído, coronado con altos niveles de abstencionismo.

La portavoz del Departamento norteamericano de Estado, Heather Nauert, fue una de las que se expresó con mordacidad con respecto a la elección local en Cuba.

Además de ignorar los vacíos de la experiencia sobre democracia en su país, la vocera obvió que la base electoral del actual presidente, Donald Trump, es básicamente de votantes blancos y expresa los intereses de determinados grupos poderosos.

La cáustica censora omitió mencionar que el magnate político fue catapultado sin el respaldo popular mayoritario.

Los pueblos NO tienen que seguir los patrones signados por el consumismo, el capitalismo salvaje y las desigualdades, cubiertos con el ropaje de la democracia representativa.

Los cubanos eligieron mayoritariamente otro modo que como expresara el líder histórico Fidel Castro “es la aplicación de un concepto muy revolucionario en materia de democracia, el concepto de que el pueblo postula y el pueblo elige…”.

Desde Miami, Madrid o Bruselas NO pueden fijar las pautas democráticas del resto del planeta. FIN

 



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