No habrá cambios de fondo en modelo económico chileno luego de elecciones

Editado por Maite González Martínez
2017-12-14 07:55:50

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Por: Roberto Morejón

Más de 14 millones de chilenos deberán votar en la segunda ronda para elegir presidente entre el derechista Sebastián Piñera y el definido como centroizquierdista Alejandro Guillier, con visiones NO antagónicas en muchos temas, entre ellos la economía.

Las líneas de la campaña electoral abarcaron desde la salud y la educación hasta la inmigración y las pensiones, pero la economía se tornó esencial en un país con una baja en el crecimiento y aguda desigualdad social.

Dos personalidades contrastantes se enfrentan en las urnas, por un lado el arrogante y conservador expresidente Sebastián Piñera, con opiniones clásicas como magnate del mundo empresarial.

En el punto opuesto se manifiesta el senador independiente de la llamada centroizquierda de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, con un discurso cercano a algunos intereses de las clases populares, pero sin cuestionar el orden prevaleciente.

Si bien Piñera obtuvo 36,6 por ciento en la primera vuelta y Guillier consiguió 22,7 por ciento, el margen se estrechó con vista a los comicios del 17 de diciembre.

Para captar votos escurridizos, el ex gobernante trocó su discurso inicialmente reñido con la gratuidad de la educación por un acceso libre solo en la formación técnico profesional, mientras su oponente lo hace más abarcador.

Ninguno transó en admitir a la educación como un derecho universal.

Este aspecto es clave en una sociedad donde las familias viven endeudadas para pagar la matrícula de sus hijos en la enseñanza universitaria.

En migraciones, los dos contendientes plantean una visión restrictiva, en el caso de Piñera abiertamente xenófoba.

Los rivales difieren solo en matices acerca de la situación del privatizado fondo de pensiones, al que ambos piden mantener.

Mientras el acaudalado aspirante a la presidencia de Chile defiende un programa económico de reducción de gastos públicos, el senador adversario contempla recursos más profusos.

En materia de impuestos, Piñera dijo favorecer la revisión del sistema tributario y rebajar las obligaciones de los empresarios con el fisco.

En contraste, Guillier se pronunció por el aumento de los tributos a las grandes compañías para obtener fondos destinados a sufragar planes públicos.

Al analizar los tópicos planteados y otros debatidos al calor de la áspera campaña electoral destaca el alejamiento de los candidatos de un cuestionamiento del modelo neoliberal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.

Los chilenos deben determinar si se inclinan por una alternativa desprovista de una visión comprensiva de la situación de los sectores vulnerables o por un discurso de calado social, rechazado por la oligarquía, empresarios y los nostálgicos de Pinochet.



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