Niños en la calle: una problemática de Paraguay

Editado por Jessica Arroyo Malvarez
2018-01-02 09:44:17

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Por María Josefina Arce

Decenas de millones de niños en el mundo viven en las calles. Desplazados de sus casas por la violencia, el abuso de drogas y alcohol, la muerte de sus familiares, desastres naturales o una difícil situación económica.

Se les ve en las calles mendigando o limpiando autos, vendiendo cualquier producto, ajenos a las escuelas o a la seguridad de un techo y de una familia.

Desde que en 1980 se puso en marcha en la ONU el registro del Estado Mundial de la Infancia, con el que se evalúan las tendencias que afectan el desarrollo de los niños en el planeta, uno de los factores que no deja de preocupar desde entonces es el crecimiento de la población de infantes que viven sin hogar.

América Latina no escapa a esta triste realidad y aunque en naciones como Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Venezuela se han adoptado políticas a favor de la niñez, en otras es aún una asignatura pendiente.

Paraguay es uno de esos países donde esta situación es realmente preocupante. Víctimas del hambre, la prostitución, las drogas y los maltratos estos infantes son el rostro más triste de una sociedad que se ha visto rebasada por ese problema

Un artículo publicado en el diario paraguayo Ultima Hora señala que este drama ocurre frente a la indolencia de los órganos del Estado, incluidos municipios y gobernaciones, cuyas instituciones se ven sobrepasadas por la problemática.
La Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia entiende que la presencia de menores abandonados es el resultado de la ausencia de políticas públicas adecuadas que puedan al menos dar contención a los niños, sus familiares y su entorno social.
Tampoco existe todo lo que implica el desarrollo integral del niño: programas de recreación donde tengan espacios de contención y puedan estar y desarrollarse de una forma más segura, afirma esa organización.

De hecho la prensa local denuncia que estos niños, imprescindibles para los políticos a la hora de hacer promesas, siempre están presentes en los discursos, proyectos y planes de gobierno, pero pierden su importancia inmediatamente después de las elecciones, y en la práctica nunca salen del papel.

Bajo el actual gobierno tampoco se ha hecho lo suficiente a favor de este sector poblacional. En su discurso de asunción el actual presidente Horacio Cartes dijo que estaba en política para servir a su pueblo; mejorar el futuro de las nuevas generaciones, pero la realidad pone en entredicho esa afirmación.

Lo cierto es que aunque el país sudamericanno haya ratificado la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, aún le queda mucho por hacer para poner coto a un situación que parece haberse instalado en el territorio nacional.

La pobreza que vive un alto por ciento de la población no ayuda a poner coto a esa situación. De hecho durante el mandato de Cartes la pobreza creció al 28,8, mientras que en la zona rural ascendió a 39,72%.

Unos índices que favorecen el aumento del número de niños en las calles, una situación que preocupa a muchos y que no se resuelve con la moneda que algunos dan a los menores que se ven obligados a mendigar.

Hace falta mucho más, hace falta un serio compromiso y la implementación de políticas que realmente disminuyan la situación de pobreza, desempleo y violencia que vive la sociedad paraguaya.

 



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