Exigen aclarar asesinato de feminista brasileña

Editado por Maite González Martínez
2018-03-20 10:03:35

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Multitudinaria manifestación en Brasil al grito de ¿quién mató a Marielle Franco? Foto/ Noticias Cuatro.

Por: Guillermo Alvarado

¿Quién mató a Marielle Franco? es el clamor que se extiende por diversos lugares de la geografía brasileña y que pone, una vez más, en serios aprietos al presidente no electo, Michel Temer, quien hace un mes decidió militarizar la lucha contra la violencia en Rio de Janeiro, lugar donde ocurrió la ejecución.

Como se recordará, el miércoles reciente por la noche la concejala fue atacada con precisión milimétrica poco después de salir de una reunión de mujeres negras que reclaman sus derechos sociales y humanos. Cuatro disparos en la cabeza terminaron con su vida y en el hecho también murió el chofer del automóvil donde viajaba.

Franco era representante del barrio de Maré, un complejo de favelas ubicado en el norte de la ciudad de Río, cercano al aeropuerto, donde habitan unas 150 mil personas, la mayoría en condiciones de pobreza y extrema pobreza que, además, son víctimas de la violencia de bandas de narcotraficantes, milicias irregulares que actúan al amparo de las autoridades y de la policía estatal.

La dirigente comunitaria sorprendió a mucha gente cuando fue electa en 2016 con un abundante caudal de votos y durante su gestión se dedicó a defender a los menos favorecidos, de manera particular a las mujeres.

Allegados a la víctima señalan que su muerte fue un mensaje para atemorizar a las personas y acallar las protestas, pero éstas no han hecho sino crecer en los últimos días, sobre todo en la medida en que se van conociendo detalles del asesinato.

Aunque en un principio algunos funcionarios pretendieron hacer creer que se trató de un crimen común, las evidencias apuntan a otra parte. Las balas utilizadas pertenecen a un lote comprado por la policía federal de Brasilia en 2006 y que fue distribuido entre varios estados, si bien ahora se argumenta que una parte fue robada o desviada.

El ataque, grabado en algunas cámaras de seguridad, fue minuciosamente preparado y los autores sabían exactamente el momento de actuar. Los disparos fueron hechos con una pistola calibre 9 milímetros, un arma de alto poder de fuego utilizada con la precisión de una persona entrenada para ese tipo de acciones.

Además los autores en ningún momento subieron al automóvil de Marielle ni se apropiaron de pertenecía alguna, lo que descarta a delincuentes comunes.

Fue una ejecución clara, bien preparada y perpetrada con frialdad profesional. Corresponde ahora al gobierno responder sobre quiénes fueron los agresores porque las causas ya fueron enumeradas en las numerosas protestas: era mujer, negra, de izquierda, feminista, lesbiana, nacida en una favela cuyas raíces jamás olvidó, defensora de los derechos de las minorías, crítica de la brutalidad policial y de la reciente militarización de Río de Janeiro con el pretexto de combatir la violencia.

Razones suficientes para ser una figura molesta y un estorbo para autoridades venales y corruptas. Michel Temer tiene que dar una respuesta rápida al clamor popular y para ello debe involucrar a la policía y justicia federal, porque nadie va a creer que las de Río tengan el menor interés de aclarar este asesinato.

La protesta continúa y se extiende a varios lugares, dentro y fuera de Brasil, y son decenas de miles los que cuestionan ¿quién mató a Marielle?



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