Por: Roberto Morejón
Representantes de más de dos mil organizaciones y grupos vinculados con ramas de la vida social, política, económica, cultural y religiosa en Cuba canalizan sus criterios y proyectan su participación en la octava Cumbre de las Américas, en Lima, la capital de Perú, en abril.
Las organizaciones de masas, estudiantiles, científicas, campesinas y fraternales integrantes de la sociedad civil cubana tienen muchas ideas e inquietudes para plantear en el foro del país andino.
Allí se discutirá sobre gobernabilidad democrática frente a la corrupción, desarrollo sostenible, cooperación, institucionalidad internacional y alianzas público-privadas.
La sociedad civil cubana tiene una activa trayectoria en las denuncias contra los intentos por mutilar la soberanía de los pueblos y en la exigencia del respeto a la autodeterminación, de ahí que sea constante su rechazo al bloqueo y la injerencia de Estados Unidos.
La diversidad de las agrupaciones existentes aquí permite expresar múltiples puntos de vista sobre las vías para concretar el proyecto de justicia social propio, cuya esencia descansa en el humanismo y el respeto al derecho a una vida digna.
Téngase en cuenta que las agrupaciones cubanas NO solo se vinculan a la política electoral sino a las modalidades para llegar a ocupar los cargos determinados por sufragio popular y al control de la gestión pública.
Los cubanos suelen participar en la discusión de asuntos clave para la nación y lo hacen coordinados por sindicatos y otros gremios, como una forma de involucrarse activamente en las políticas estatales y gubernamentales.
La experiencia entonces es muy útil al desarrollar ideas en relación con los puntos de la agenda de la cumbre de las Américas, entre ellos el de la corrupción.
Ahora bien, la sociedad civil cubana también tiene preocupaciones sobre otros contenidos de índole político que atañen a América Latina y el Caribe.
Es el caso de las maniobras para impedir la asistencia de una delegación al más alto nivel de Venezuela en la cumbre limeña.
Igualmente representa motivo de análisis el esfuerzo de la administración estadounidense de reactivar la nefasta Doctrina Monroe, aquella de América para los Americanos, en referencia al país norteño.
En Cuba, con trabajo sostenido en defensa de los derechos de los ciudadanos, la sociedad civil reflexiona sobre cuestiones que afectan al subcontinente, previo a la llegada a Lima, donde será propicio alzar voces contra la corrupción y demandar respeto a la soberanía de cada país.
A ese intercambio de criterios aporta la experiencia de los cubanos al sortear las dificultades para mantener el consenso y la legitimidad del poder revolucionario.