Lula sigue firme pese a persecución

Editado por Martha Ríos
2018-03-31 17:20:09

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Si me callan, millones hablarán por mí, dijo Lula da Silva. Foto: Archivo

Por Guillermo Alvarado (RHC)

El expresidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, finalizó una gira de diez días por el sur del país durante la cual prometió a sus seguidores que se mantendrá firme en la lucha por la candidatura a la primera magistratura, a pesar de la intensa persecución judicial de que es víctima.
 
Lula, que gobernó en dos períodos consecutivos, de 2003 a 2010, marcha a la cabeza de las encuestas de intención de voto y si logra participar en los comicios tiene todas las posibilidades de ganar.

Esto ha provocado que la derecha empresarial, con el apoyo irrestricto de los grandes medios de comunicación, mantengan una campaña destinada a desprestigiarlo con acusaciones de supuesta corrupción durante su gestión.

Participa en este empeño el aparato de justicia, que ha parcializado sus decisiones a favor del poder económico y contra el fundador del Partido de los Trabajadores, cuyas apelaciones a una absurda condena a prisión de doce años y medio son sistemáticamente rechazadas, sin que los jueces se tomen la molestia de discutirlas.

A principios de semana el tribunal de apelaciones en segunda instancia de Porto Alegre desestimó un recurso impuesto por los abogados de Lula, que está un paso más cerca de ir a prisión, lo que significaría el final de su lucha por la presidencia ya que sus derechos políticos y civiles quedarían automáticamente inhabilitados de acuerdo con las leyes vigentes.

De momento la opción que le queda es un recurso extraordinario de exhibición personal, el llamado hábeas corpus en el lenguaje legal, que ya fue presentado ante el Supremo Tribunal Federal y que debe pronunciarse al respecto el 4 de abril.

Si el trámite es aceptado, el tiempo que demora el proceso le permitiría a Lula da Silva registrar su candidatura e ir a las elecciones de octubre próximo.

Durante la gira reciente surgió, sin embargo, un elemento que causó gran preocupación no sólo entre los partidarios del expresidente, sino que también en varios partidos políticos, y fue el uso de la violencia contra la caravana del líder brasileño.

Desde los primeros días hubo señales de agresión, como insultos y el lanzamiento de objetos, huevos y piedras pero lo más grave sucedió ya al final cuando hubo disparos contra los vehículos, afortunadamente sin provocar víctimas.

Lula denunció a los poderes más oscuros de la derecha como responsables por estos actos y señaló que muchos no le perdonan ser el obrero, sin títulos académicos, que más universidades y escuelas técnicas abrió en Brasil y le dio oportunidades a cientos de miles de jóvenes, hasta entonces sin posibilidades de acceder a altos estudios.

Si me callan, millones hablarán por mí, dijo Lula da Silva en el último de los actos celebrado ante unos 15 mil simpatizantes en la ciudad de Curitiba, donde también aseguró que de ganar la presidencia luchará por la integración latinoamericana.

Ante la actual oleada derechista y neoliberal, las aspiraciones de Lula son vistas en la región con esperanzas y simpatía y cada vez son más quienes comprenden que se trata de una lucha que va más allá de la coyuntura brasileña y nos compromete a todos los que peleamos por un mundo más justo para todos.     

 



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