Por: Roberto Morejón
La rama industrial en Cuba se beneficia de un fuerte proceso inversionista a fin de atenuar la obsolescencia tecnológica y aumentar las producciones, hoy insuficientes.
En momentos en que sesiona exitosamente la Convención y Exposición Internacional de la Industria Cubana, los funcionarios y trabajadores de ese sector de la economía están muy atentos a las ofertas e ideas de los asistentes.
Si bien son conocidas las limitaciones financieras de este país pobre y bloqueado por Estados Unidos, el gobierno enfatiza en el desarrollo industrial.
Se busca incrementar la producción de alimentos y bebidas, la eficiencia energética y el empleo de las fuentes renovables de energía.
Entre las expectativas de Cuba destacan el rescate de los niveles adecuados en la elaboración industrial de alimentos, incrementar las exportaciones y reducir compras en el exterior.
Y sobre todo cumplir con los requerimientos del mercado interno y el turismo.
De ahí la necesaria erogación de recursos para modernizar los hoy atrasados engranajes en las industrias láctea y cárnica y colocarse en posición ajustada para asimilar los picos en las cosechas de cultivos esenciales, incluyendo frutales.
Ahora bien, existen planes promisorios en Cuba NO solo favorables para la industria alimentaria sino de impacto en toda la infraestructura fabril.
Constituyen prioridades el adelanto del encadenamiento productivo y el establecimiento de relaciones más estrechas con las universidades para incorporar las iniciativas de los investigadores en pos de la eficiencia.
O sea, la industria en Cuba debe responder a líneas económicas cardinales trazadas para realzar programas de la construcción, medicamentos, agricultura, en especial el azucarero, y atender las necesidades populares en el comercio interno y el transporte.
Igualmente se otorga prevalencia a las capacidades productivas de envases y embalajes así como al reordenamiento y uso eficiente de máquinas herramientas y equipos.
La política nacional de impulso a las inversiones extranjeras favorece atraer asociados para emprender proyectos en la rama industrial tanto en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, al oeste de La Habana, como fuera de ella.
En ese contexto juega un papel importante la Convención y Exposición Internacional de la Industria Cubana al estar destinada a establecer alianzas y negocios.
Además, el encuentro ampara la celebración de conferencias, paneles de intercambio y una sugerente muestra expositiva, todo ello generador de prácticas de interés para los cubanos.
Hablamos de un ámbito ventajoso de cara al programa de desarrollo de Cuba hasta 2030 en cuyos ejes se avanza.