Por: Guillermo Alvarado
Cuando recién instalado en el poder el gobierno de Mauricio Macri anunció medidas económicas de impacto, entre ellas la desregulación total del mercado cambiario argentino y la apertura a la entrada y salida de capitales especulativos, muchos especialistas advirtieron al nuevo ejecutivo que se estaban tomando riesgos muy elevados que podrían terminar en un colapso.
Dos años y medio después el barco que pretende capitanear el jefe de la coalición Cambiemos hace más aguas que el Titanic y aún con el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional, o quizás por culpa de él, el naufragio es inminente y a nadie parece sorprenderle.
En los primeros meses de su administración Macri nunca se cansó de echar la culpa de los problemas a sus antecesores, Nestor Kirchner y Cristina Fernández, pero ahora está cada vez más claro que su lectura poco inteligente de la historia le está llevando al mismo callejón sin salida que a Fernando de la Rúa.
El caso es que la moneda nacional se ha devaluado hasta niveles inesperados, el endeudamiento externo creció de manera exponencial, la inflación galopa a su libre albedrío y el costo de la vida de la población es cada vez más inalcanzable.
No hay que olvidar que además de una política monetaria y financiera errática, el gobierno de Macri aplicó ajustes a los precios de las tarifas de muchos servicios públicos, entre ellos los energéticos, el transporte, el agua potable y la salud.
Además está aplicando una política masiva de despidos en todo el sector estatal que ha dejado a cientos de miles de personas en un desamparo casi total, privados de sus ingresos y con precios cada vez más elevados de la canasta básica.
Dentro y fuera del país la economía argentina es un desastre. En apenas nueve meses la paridad de la moneda nacional con el dólar se duplicó lo que afecta el sistema de pagos, tanto del sector privado como del estatal, y cada vez son más los que hablan de la posibilidad de caer en una situación de insolvencia, eso que en términos académicos ha dado en llamarse “default”.
Nada de esto es responsabilidad de los gobiernos anteriores, por más que se pongan en marcha campañas mediáticas y judiciales para desprestigiar al matrimonio Kirchner.
De acuerdo con el analista Alfredo Zaiat, la culpa la tiene el equipo de gobierno de Macri que nunca logró comprender el funcionamiento de la economía argentina y la manejó siempre como si fuese un sistema empresarial, que beneficia directamente a la familia, tanto la del presidente como de sus allegados, que tienen fuertes intereses en esferas como la producción agropecuaria, energía, construcción y finanzas.
Hubo, dice Zaiat, tantas medidas confusas, descoordinadas, improvisadas y de marcha y contramarcha en estos dos años y medio, que lo asombroso es que todavía haya quien se sorprenda por el derrumbe de la economía aplicada por Macri.
El caso es que si el presidente argentino no conoce de doctrinas y teorías, quizás sepa algo de sabiduría popular y conoce todo lo que hay detrás de aquel refrán de que “tanto va el cántaro al agua, hasta que al final se rompe”.