Universidades cubanas se apoyan en su experimentado claustro

Editado por Saily Pérez Gordillo
2018-09-04 09:17:47

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Las universidades de este país emprenden el período docente con el rigor que las caracteriza. Foto/Archivo

Por Roberto Morejón

Con el aval de su renombrado claustro, integrado por cerca de 27 mil profesores, las Universidades cubanas adelantan el recién estrenado curso escolar, con la mayoría de las condiciones creadas para obtener resultados satisfactorios en los exámenes finales.

En las 22 instituciones de nivel superior se capacitan cerca de 240 mil jóvenes, 14 mil de ellos de nuevo ingreso, con la novedad de asimilar renovados programas de estudio en el 92 por ciento de las especialidades, o carreras, como las llaman aquí.

Los centros de nivel superior asumen un proceso permanente de perfeccionamiento de la enseñanza, asociado a la integración, mediante la cual fue reducido el número de planteles y se concentraron los recursos para hacer un mejor uso de ellos.  

Para educadores y alumnos se abre una etapa docente de gran compromiso  en momentos de ampliación notable del nivel de conectividad y de acceso a las nuevas tecnologías.

Como admiten los directivos del ramo, el acercamiento a Internet es trascendente porque abrevia la aplicación de los ambiciosos programas educativos y los planes de estudio.  

Entre esos planes destacan por su importancia para el país los correspondientes a las universidades de Ciencias Pedagógicas, con una matrícula superior a la de otros años, aunque con déficit para las especialidades de ciencias.

De manera que las políticas aplicadas nacionalmente para alentar el  ingreso de las nuevas generaciones al estudio del magisterio comienzan a dar frutos.

Como todavía persiste un déficit de maestros en la enseñanza general, una vez más un grupo de estudiantes universitarios se suman a la iniciativa denominada Educando por amor, para impartir clases en secundarias básicas, preuniversitarios y planteles del sistema Técnico Profesional.   

Los jóvenes cubanos matriculados en las casas de altos estudios colaboran así con el país a resolver algunas de las dificultades, sin abandonar su misión principal, la de formarse como profesionales integrales, comprometidos con el desarrollo sostenible.

Las universidades se adentran en un nuevo año lectivo con la encomienda de adiestrar profesionales de perfiles más amplios e incluso abreviar, si es posible, la duración de las carreras, pues la mayoría de ellas llegan ahora a cuatro años.

Se abre paso en Cuba el concepto de formación durante toda la vida, porque después de titularse, los jóvenes comienzan a relacionarse con su próximo empleo y posteriormente tendrán la ocasión de adquirir conocimientos específicos con los cursos de post grado.

Las universidades de este país emprenden el período docente con el rigor que las caracteriza.



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