Por Guillermo Alvarado (RHC)
Luis Almagro, el patrón del ministerio de colonias de Estados Unidos, óigase más bien Organización de Estados Americanos, OEA, lanzó desde Colombia nuevas amenazas de intervención militar contra la República de Venezuela con el pretexto de una supuesta crisis humanitaria en el país Bolivariano.
Sobre el puente internacional Simón Bolívar, que enlaza a las dos naciones sudamericanas y pretendiendo darse aires de benefactor mientras repartía algunos dólares y euros a quienes le pedían ayuda, el hombre encargado por Washington de encabezar la cruzada contra el presidente Nicolás Maduro no vaciló en proferir insultos que demuestran su baja condición humana.
Así, Almagro afirmó que en cuanto una agresión armada para derrocar al presidente Maduro, no se descarta ninguna opción, con lo que reafirmó numerosas denuncias de que se prepara un golpe militar.
Insisto en que no hay que olvidar la advertencia de la periodista argentina Stella Calloni y del presidente de Bolivia, Evo Morales, de que el Comando Sur tiene un plan con este propósito, ya firmado por el jefe de ese cuerpo del ejército estadounidense, el almirante Kurt Tidd.
En esta “hoja de ruta” para agredir a la Revolución Bolivariana el eje central es que las fuerzas armadas de varios países latinoamericanos hagan la tarea sucia, bajo la supervisión de la OEA y, por supuesto, el financiamiento y la organización de Estados Unidos, que se quedaría con el botín.
Este es el sentido de las diatribas del desprestigiado Almagro, cuando acusó al gobierno de Maduro de cometer crímenes contra la humanidad y provocar sufrimientos a sus ciudadanos.
Se nota que este señor no lee la prensa, o si lo hace no la comprende, pues de lo contrario se habría enterado hace rato que en materia de crímenes monstruosos contra la humanidad, son los que le pagan su salario los que llevan la delantera por un tramo demasiado largo.
Hiroshima y Nagasaki, Vietnam, Guatemala, Cuba, República Dominicana, Panamá, Nicaragua, Palestina, Libia, Iraq y Afganistán, por sólo citar algunos, han sufrido el zarpazo de estas políticas que juntas han costado centenares de miles de muertos, desaparecidos y torturados a manos de Estados Unidos, que no ha vacilado en utilizar armas de exterminio masivo donde le ha dado la gana.
¿Qué sabrá Almagro de crímenes contra la humanidad, si hace años en Washington le pusieron tapa-ojos, como a los caballos de noria, para que no vean sino lo que les interesa a sus amos?
O acaso pensará que no nos dimos cuenta de que los recién finalizados ejercicios navales UNITAD en el Caribe colombiano no fueron sino un entrenamiento de lo que podría ser la invasión a la hermana Venezuela.
Antes de anunciar los tambores de guerra, Luis Almagro haría bien en recordar que en el Infierno de Dante el noveno círculo, el más atroz del sufrimiento eterno, cobija justamente a los traidores y que seguramente Caín y Judas compartirían gustosos con él sus pesares.