Extremistas en EE.UU. se crispan por éxito de la democracia cubana

Editado por Maite González Martínez
2019-02-26 08:05:58

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo)

Por: Roberto Morejón

Los cubanos sienten satisfacción por la jornada cívica protagonizada, en la que con orden y transparencia otorgaron un Sí rotundo a la nueva Constitución, un desenlace que escandaliza a los adversarios de la Revolución.

Casi 87 por ciento de los votantes avaló la novedosa Carta Magna en un día en que más de siete millones 848 mil ciudadanos acudieron voluntariamente a las urnas, ante la relevancia otorgada a la futura Ley de Leyes.

El articulado representó para la mayoría de los concurrentes una oportuna cobertura institucional a los derechos civiles y políticos, el rumbo socialista y la actualización del modelo económico, entre otros principios.

Los electores se pronunciaron en las cabinas donde ejercieron a solas el sufragio por lo que consideraron más útil para el país y sus intereses personales, sin la existencia de compulsiones.

Sin embargo, las mismas voces recalcitrantes de siempre se apresuraron a tratar de restarle validez y significado a la resolución en las urnas.

Nadie en Cuba les otorgó derecho a tomar partido sobre un asunto estrictamente interno y, NO obstante, el gobierno estadounidense y su sumiso secretario general de la OEA gruñeron en contra de la jornada democrática en el archipiélago caribeño.

El senador Marco Rubio, quien nunca pulsó la realidad cubana, y grupúsculos de la extrema derecha arremolinados en Miami arremetieron contra la intensa y sensata expresión de respaldo al referendo constitucional del 24 de febrero.

Algunos de los que mascullaron sobre un alegado fraude en Cuba lo hicieron a sabiendas de que tal deformación era imposible por razones de principios y por la supervisión ejercida al proceso.

Más de 225 mil autoridades electorales, supervisores y colaboradores acompañados de 200 mil niños y adolescentes pioneros facilitaron el orden y la nitidez.

Nadie vio despliegue de tropas de combate o guardianes dotados de bombas de gas lacrimógeno, a la espera del menor incidente, como ocurre en países de América Latina en acontecimientos similares.

Allí, donde afirman prevalece la democracia absoluta, los gobernantes son electos con frecuencia con una irrisoria participación ciudadana.

Y ese balance se registra ante el desinterés de millones de electores cansados de promesas incumplidas de los políticos de turno.

Aunque se convulsionen el asesor estadounidense de Seguridad Nacional, John Bolton, y el casi miembro del gabinete de la potencia norteña, el señor Almagro, los cubanos respaldaron inobjetablemente su novedosa Constitución, salida del aporte colectivo.



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