Por María Josefina Arce

Nada halagüeño es el panorama laboral en el mundo en este Primero de Mayo. Un informe de la OIT, Organización Mundial del Trabajo, afirma que millones de personas se ven obligadas a aceptar condiciones de trabajo deficientes, ya que se han ido perdiendo a escala global los derechos de los obreros, una situación que se agudiza en el sector femenino por la desigualdad de oportunidades.

Precisa el documento que los trabajadores en el planeta en sentido general, no tienen un nivel suficiente de seguridad económica, bienestar material e igualdad de oportunidades.

Subraya la organización mundial que de mantenerse los parámetros actuales no será alcanzable para muchas naciones el objetivo de Desarrollo Sostenible que se refiere al acceso al empleo, pero digno y que garantice una adecuada calidad de vida.

En ese sentido recuerda la OIT que un total de 700 millones de personas viven en situación de pobreza extrema o moderada pese a tener empleo.

En América Latina la llegada al poder de gobiernos de derecha ha acrecentado no solo el desempleo, sino la incapacidad de los trabajadores para satisfacer sus más elementales necesidades.

La pérdida de estabilidad del trabajo es uno de los factores que afecta la realidad de la clase obrera latinoamericana. Los despidos y la falta de creación de nuevos puestos de trabajo permiten aumentar la explotación favoreciendo a las empresas.

En Argentina desde que Mauricio Macri asumiera la presidencia en diciembre de 2015, los trabajadores han sufrido un fuerte deterioro en sus condiciones laborales.

Pérdida del poder adquisitivo, el aumento de la informalidad laboral, el cambio de composición en el empleo hacia tareas de menor calidad y la ausencia de derechos laborales es la situación que enfrenta hoy el sector laboral en la nación sudamericana.

La situación no es mejor en Brasil que ya bajo el gobierno del golpista Michel Temer los derechos de la clase trabajadora sufrieron un grave deterioro, una situación que no parece mejorar bajo el mandato del actual presidente, Jair Bolsonaro.

Los expertos estiman que en la nación se registran violaciones en el acceso a la justicia, discriminación de los trabajadores pobres y también un cambio de reglas que acaba con la política pública contra el trabajo esclavo en Brasil, que había logrado rescatar desde 2003 más de 50.000 trabajadores en esa condición.

Las políticas neoliberales impuestas nuevamente en gran parte de la región han marcado un retroceso en materia laboral, solo en naciones como Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela sus gobiernos progresistas marcan la diferencia y su masa trabajadora tiene realmente motivos para festejar el Primero de Mayo.

Por eso los obreros de todo el mundo y en especial de América Latina han salido a las calles nuevamente en esta jornada para demandar mejores condiciones laborales y un salario digno que les permita una mayor calidad de vida.