Brasil: armados hasta los dientes

Editado por Maite González Martínez
2019-05-10 08:50:02

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Bolsonaro autorizará a portar armas. Foto / Ansa Latina

Por: Guillermo Alvarado

La seguridad comienza por casa dijo el ultraderechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y adoptó una de las medidas más inseguras que se pueda uno imaginar, como lo es autorizar a un amplio sector de ciudadanos a portar armas cortas sin mayores restricciones.

A partir de ahora políticos elegidos para cargos públicos, periodistas que cubran la fuente policial, choferes de camiones de carga, abogados, guardias de seguridad privada, agentes de tránsito y empleados de empresas de transporte de valores, entre otros, pueden comprar y llevar encima pistolas o revólveres de calibres 40, 45 y nueve milímetros.

No se trata de un asunto de menor importancia. La gente común y corriente podría creer que cuando se emplea el término “arma corta” se está refiriendo a una menor letalidad respecto a las denominadas “largas”. Nada más equivocado.

Un revólver calibre 45 o una pistola semiautomática 9 milímetros usadas en la corta distancia, lo que es común en el ámbito urbano, pueden ser tan o más mortales que un fusil AR-15, que por sus características técnicas solo puede disparar tiro a tiro.

Por otro lado, cualquiera que conozca algo de estos artefactos es consciente de que solo hay una cosa más peligrosa que un hombre armado, y eso es un hombre con un arma en la mano y sin la preparación necesaria para utilizarla o manipularla.

No se dentro de las casas, pero seguramente en las calles de Brasil habrá mucha menos seguridad a partir de ahora.

El decreto también permite a quienes estén inscritos en un club de caza o tiro trasladarse desde estos lugares hacia su hogar, o a la inversa, llevando consigo sus fusiles con el cargador puesto y repleto de balas, algo que hasta ahora estaba prohibido de manera estricta.

Pero, Bolsonaro fue todavía más allá al anunciar que en un plazo de 30 días se eliminarán varias barreras para la importación de armas, algo que sin duda llenó de alegría a los productores y vendedores estadounidenses, que se asegurarán un mercado hasta ahora restringido.

Recordemos que en un decreto publicado en enero, el presidente flexibilizó los requisitos para que los civiles pudiesen comprar hasta cuatro armas, o más si probaban ser propietarios rurales.

Brasil tendrá una sociedad armada hasta los dientes, olvidándose que en otra similar, la de Estados Unidos, estos instrumentos causaron entre 1996 y 2018 más de 40 mil muertes, un doloroso ejemplo que no ha sido aprendido.



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