Boeing se confiesa

Editado por Maite González Martínez
2019-06-18 07:58:01

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Por: Guillermo Alvarado

El director ejecutivo del consorcio aeroindustrial Boeing, Dennis Muilenburg, confesó por fin que su empresa ocultó a los reguladores de seguridad, a las líneas aéreas y a los pilotos de los aviones 737 Max que un dispositivo instalado en esas naves no funcionaba como estaba previsto.

Lo que este señor calificó como “un error” fue la causa directa de dos desastres, uno en Yakarta en octubre del año pasado, y el otro en Etiopía en marzo reciente, que costaron la vida en total a 346 personas que viajaban en los aparatos siniestrados.

Desesperada por el avance en los mercados mundiales de los aviones A320 NEO, de su competidor europeo Airbus, la firma Boeing decidió instalar motores de mayor potencia a su tradicional 737, pero con el fin de evitar que la fuerza desplegada hiciera elevar la punta de la nave más rápido de lo prudente, creo un programa para mantener la “nariz” hacia abajo.

El desconocimiento de los pilotos y de los reguladores de seguridad de esta peligrosa innovación, así como de los mecanismos para neutralizarla en caso de necesidad, fue la causa de que las aeronaves mencionadas cayeran en picada pocos minutos después del despegue.

En honor a la verdad, no estamos ante el reconocimiento de un “error”, como dijo Muilenburg, sino ante la confesión de 346 homicidios perpetrados con un solo objetivo, apoderarse de un mercado que implica ganancias por miles de millones de dólares.

En lugar de pasearse en estos días por el Salón Internacional de la Aeronáutica, en las cercanías de París, este sujeto debería estar bajo custodia mientras se investigan otras anomalías en las cuales sin duda está involucrado, pero tal cosa difícilmente la van a ver nuestros ojos.

Sucede que la Boeing es la segunda mayor empresa en el mundo vinculada con el Complejo Militar Industrial, sólo superada por la también estadounidense Loockheed Martin. Según datos del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigaciones para la Paz, en 2016 la Loockheed vendió insumos por la bicoca de 47 mil 248 millones de dólares, y la Boeing lo hizo por 29 mil 500 millones.

Esta última fabrica aviones de combate tripulados y no tripulados, del tipo dron, sistemas satelitales y de defensa e inteligencia, misiles, cohetes y helicópteros, como el H-47 Chinook y el AH-64 Apache.

Nadie en su sano juicio se va a creer que el aparato de justicia de Estados Unidos va a llevar a juicio y condenar a los dirigentes de uno de los elementos clave del complejo militar que le permite mantener su hegemonía en puntos neurálgicos del planeta.

Gente de ese tipo están más allá de la ley, e incluso de las demandas de cientos de líneas aéreas de todo el mundo que están sufriendo pérdidas porque los aviones 737 MAX están en tierra en espera de resolver los problemas.

Desafortunadamente la competencia desaforada de las grandes corporaciones genera “errores” de este tipo, que en otro mundo serían crímenes si no fuese porque el dinero acumulado en tal cantidad, basta para pervertir cualquier sistema de justicia o la más elemental decencia.



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