Por: María Josefina Arce
En más de cincuenta años muchas son las circunstancias que han unido a Cuba y Siria, dos naciones que a pesar de las agresiones foráneas han sabido encontrar su propio camino y buscan ampliar la cooperación bilateral para minimizar las afectaciones sobre la población de las sanciones económicas de que son objeto.
En ese camino se inscribe la reciente visita a la nación árabe de una delegación de BioCubaFarma, grupo integrado por más de una treintena de empresas, cuyo objetivo es producir medicamentos, equipos y servicios de alta tecnología destinados al mejoramiento de la salud del pueblo, y la generación de bienes y servicios exportables, como resultado del desarrollo científico técnico del país.
Reconocido a nivel internacional es este grupo empresarial por la producción de eficaces medicamentos como el Heberprot-P para evitar amputaciones de diverso grado del pie diabético, y de 10 de las 13 vacunas incluidas en el programa nacional de inmunización, lo cual ha permitido la erradicación de nueve enfermedades y el mantenimiento de cinco bajo control, con índices de impacto muy bajos.
Para Siria, cuya infaestructura de salud se ha visto dañada por la agresión terrorista que sufre desde hace ocho años, consolidar el intercambio con Cuba en esta rama, dados sus notables logros, es esencial para poder brindar a sus ciudadanos la atención médica necesaria.
Las autoridades sirias han denunciado ataques contra hospitales, centros médicos, ambulancias y el personal de salud, además de la destrucción de fábricas de productos farmacéuticos y el robo de sus equipos.
El pueblo sirio conoce de la calidad y eficacia de los medicamentos cubanos, pues durante los últimos años el país caribeño ha estado suministrando vacunas y medicamentos a Siria, en un gesto solidario ante la agresión de que es objeto por Estados Unidos y sus aliados.
En declaraciones a Prensa Latina, el viceministro de Salud sirio Habib Aboud calificó de importante y exitosa la visita de trabajo a su país de la delegación del Grupo Empresarial de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica, pues ha abierto las puertas para un mayor intercambio.
Precisó que se ha ampliado la perspectiva de un mayor intercambio de medicamentos y la transferencia de la tecnología con el fin de fabricar los fármacos cubanos en Siria.
La delegación cubana por su parte, pudo constatar que en la nación árabe existen condiciones ideales para ampliar la colaboración, pues cuenta con muy buenas empresas farmacéuticas lo que ayudaría a la producción conjunta para distribuir medicamentos en ese territorio y en toda la región.
Ya hace cuatro años los dos estados suscribieron un memorando de entendimiento y un convenio, con el fin de importar vacunas y medicinas contra el cáncer, así como fomentar la construcción y el desarrollo de fábricas especiales que se encarguen de elaborar los distintos productos biológicos.
La visita de una representación de BioCubaFarma ha venido a ampliar las perspectivas de la colaboración en materia de salud, que se ha materializado también a lo largo de más de cinco décadas con la presencia de médicos cubanos en el país árabe y la formación de cientos de profesionales sirios, graduados en universidades de la Mayor de las Antillas, muchos de los cuales ostentan hoy categorías científicas, y que aportan sus conocimientos al desarrollo de su nación.
Cuba y Siria, dos naciones agredidas, marchan de la mano en aras de mejorar las condiciones de vida de sus pobladores, y para ello no se detienen en la búsqueda de nuevas áreas para colaborar.
