Por: María Josefina Arce
Casi sesenta años han transcurrido desde que el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, afirmara que Cuba tenía que ser un país de hombres de ciencia. Muchos han sido los logros y los reconocimientos de personalidades e instituciones internacionales a nuestros avances en la biotecnología y la industria farmacéutica.
Medicamentos producidos por la Mayor de las Antillas no solo benefician en la actualidad a los cubanos, sino también a ciudadanos de buena parte del mundo. A unas 53 naciones se exportan hoy los productos médicos, fruto del esfuerzo y la alta preparación de los científicos del archipiélago.
Se cuenta con 700 registros sanitarios de diferentes fármacos y se suministran más de mil productos al sistema nacional de salud, entre medicinas, equipos médicos y kits de diagnóstico.
Fármacos como el HEBERPROT-P, quizás uno de los más conocidos, han marcado la diferencia en el tratamiento de la úlcera de pie diabético. Presente en países de diversas latitudes, ha demostrado su valía para reducir el número de amputaciones de las extremidades inferiores y, por tanto, mejorado la calidad de vida de muchos pacientes.
Otro de los productos más exitosos es la vacuna CIMAvax-EGF, usada para el tratamiento de cáncer de pulmón, y uno de los líderes de la cooperación entre Cuba y Estados Unidos en el marco de la ciencia.
En todos estos años se han coordinado esfuerzos para producir en otras naciones los medicamentos cubanos y que beneficien a un mayor número de personas. A esta iniciativa se ha sumado Japón que a partir del venidero mes de septiembre pondrá a disposición de sus ciudadanos, vía INTERNET, el medicamento natural PPG para tratar enfermedades cerebrovasculares isquémicas.
Con materias primas de la nación caribeña será producido en territorio japonés el fármaco, elaborado a partir de la cera de la caña, y que disminuye el llamado colesterol malo y es una excelente opción para el tratamiento de enfermedades vasculares dado entre otros, su efecto antioxidante.
Es además un suplemento que mejora la calidad de vida en las personas de la tercera edad, etapa de la vida en la cual se incrementan las enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión y la diabetes.
Con más de 25 años del registro e introducción en el mercado cubano y en más de 30 naciones de todo el mundo, el medicamento obtuvo en 1996 la Medalla de Oro que otorga la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, precisa la agencia noticiosa Prensa Latina.
A pesar de ser un país bloqueado, Cuba cuenta con medicamentos únicos de su tipo en todo el mundo que la sitúan a la vanguardia, gracias a la visión de futuro y a la preocupación del líder histórico de la revolución Fidel Castro, por mejorar la salud y la calidad de vida de los cubanos y de contribuir también al bienestar de otros pueblos.