Por: Roberto Morejón
Los cubanos afrontan un déficit energético, especialmente de diésel, y aplican planes para salir airosos de una situación tensa, provocada por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos.
En una de las más recientes variantes del acoso, la administración del presidente Donald Trump ordenó perseguir y obstaculizar los envíos de petróleo a la mayor de las Antillas.
Alegan los inquilinos de la Casa Blanca que La Habana es responsable de las decisiones de Venezuela, como si allí NO existiera un gobierno independiente y el país careciera de soberanía.
La imputación es ridícula y carece de basamento, aunque apelan a ella en su arrebato por fracasar en el derrocamiento del gobierno constitucional de Venezuela.
Es así que armadores, navieras y compañías aseguradoras son blanco de tenaz asechanza para evitar los suministros del llamado oro negro a Cuba.
Como resultado, a las autoridades cubanas les fue imposible concretar el avituallamiento de diésel para evitar un déficit en septiembre.
Por esa laguna en los arribos, el país ha adoptado medidas drásticas transitorias, aunque sin que cunda el pánico en la población.
Desde hace meses, las autoridades alertaron sobre el recrudecimiento del cerco estadounidense.
Catorce meses atrás, el primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, advirtió: “Se estrecha el cerco y hay que enfrentarlo con firmeza y optimismo”.
En días recientes, fue visible la aglomeración de potenciales pasajeros en las paradas de ómnibus, cuyos viajes fueron recortados.
Era la primera señal pública de una compleja situación explicada en detalle por las autoridades.
El presidente Miguel Díaz Canel y varios ministros abordaron a través de la televisión y la radio las causas de la actual reducción de las disponibilidades de combustibles y los paliativos.
Nada se esconde a la opinión pública, los llamados son a pensar y actuar como país, soslayar individualismos y apoyar al prójimo.
Mientras, se trabaja incansablemente para asegurar contratos de suministros futuros del energético.
Con el énfasis en el ahorro, regulaciones austeras y más esfuerzo personal y colectivo, los cubanos afrontan la presente tensión con los combustibles, de carácter coyuntural, provocada por la administración estadounidense.
La Casa Blanca no podrá esperar de los bloqueados la rendición o la declinación en sus principios.