Transnacionales de la información falsean situación energética de Cuba

Editado por Maite González Martínez
2019-09-18 07:35:49

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Por: Roberto Morejón

Si se leen los titulares de muchas noticias publicadas en la gran prensa internacional, pareciera que en Cuba prevalece el caos por el déficit transitorio de combustible, enfrentado resueltamente por el gobierno y la población.

Con calificativos alarmistas, el poder mediático ejercido por transnacionales y clanes familiares dibuja a la mayor de las Antillas sumida en el extravío, la miseria y la desorganización.

En pocas ocasiones aluden a la causa real de la escasez de combustible, un escenario temporal originado por las dificultades en la contratación de aprovisionamientos de combustible, en particular el diésel. 

Agentes estadounidenses por mandato del bloqueo persiguen a navieras y firmas aseguradoras para que desistan de transportar combustible a la nación caribeña.

Los actuales inquilinos de la Casa Blanca persisten en la peregrina idea de que por esa vía ahogarán la economía y los servicios y los cubanos irán a las calles a desbancar al gobierno.

Esa obtusa óptica se complementa con otra. En la cuerda de la administración de Donald Trump, Cuba es la responsable de lo ocurrido en Venezuela, como si ese país careciera de independencia.

El presidente constitucional, Nicolás Maduro, sigue en su puesto y Washington, impotente, recrudece el hostigamiento a Cuba.  

Una parte de la gran prensa internacional elude abordar la magnitud de las presiones, ataques y chantajes de Estados Unidos contra Venezuela y Cuba.

Entonces se dedican a presentar el presente déficit momentáneo de combustible en la tierra de José Martí como una consecuencia de la inoperancia de las autoridades.

Mientras las falacias sobre la realidad de Cuba adquieren magnitud insospechada, los ciudadanos aquí cooperan con las medidas oficiales para amortiguar, en lo posible, el impacto de la escasez de diésel.

Las autoridades explican la naturaleza del presente trance, informan sobre la táctica a seguir para sortear los inconvenientes y solicitan ideas a aplicar en cada territorio.

La asfixia económica a la que Trump quiere conducir a los cubanos, nunca llegará por la participación de todos en la solución de los problemas generados por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense.

La creatividad y la solidaridad son indeclinables y practicarlas constituye un deber en este país, aunque las campañas mediáticas internacionales oculten esa verdad en su empeño de desinformar al mundo.    

La experiencia y el aporte colectivo pueden erigirse como valladares ante quienes intentan reducir a Cuba a la obediencia de los patrones defendidos por Estados Unidos.



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