Por: Guillermo Alvarado

Una vez más se posterga la fecha del divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea, luego de que los 27 miembros del bloque continental acordaron este lunes dar un nuevo plazo al primer ministro británico, Boris Johnson, para que trate de resolver el enredo legal que tiene con el Parlamento de su país.

Tras vencer la resistencia de Francia, dispuesta a conceder nada más que unas dos semanas de tiempo a Johnson, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que la nueva fecha tope es el 31 de enero de 2020.

Entre otras cosas, esto supone un fracaso para el jefe de gobierno del Reino Unido, que prometió por los cuatro costados que el 31 de octubre se iría de ese mecanismo, con o sin acuerdo.

Johnson, también jefe del partido Conservador, no logró reunir los votos suficientes para apoyar su proyecto de salir dando un portazo y sufrió una derrota tras otra hasta que los diputados terminaron aprobando una normativa donde le prohibían aplicar el brexit duro, es decir, sin un acuerdo.

En cualquier otra circunstancia habría debido renunciar, como le ocurrió a sus dos predecesores, David Cameron y Theresa May, pero logró conservar el cargo con la promesa de convocar a elecciones anticipadas, posiblemente para finales de noviembre o en los primeros días de diciembre con la esperanza de lograr una mayoría que lo secunde.

La saga del brexit, término que se acuñó con la abreviatura de dos palabras: Britain, por Gran Bretaña, y exit, salida en inglés, comenzó hace más de tres años, cuando Cameron convocó a un referendo para que los ciudadanos decidiesen sobre la permanencia en la Unión Europea.

Con el argumento de que los británicos iban a recuperar el control de sus asuntos, los favorables a la separación lograron convencer al 51,8 por ciento de ciudadanos que el 23 de junio de 2016 votaron a favor, lo que sorprendió a muchos dentro y fuera del reino.

La primera consecuencia fue que Cameron tuvo que dimitir y dar paso a la señora May para negociar un acuerdo de divorcio totalmente inédito. La fecha inicial pactada para la separación fue el 29 de marzo de 2019, pero se llegó a ese día sin ningún acuerdo por lo que fue aplazada para el 12 de abril y después al 31 de octubre. En el camino May descubrió que era mas fácil prometer que cumplir y también renunció para que se instalara Johnson.

Ahora el primer ministro le apuesta todo a las elecciones anticipadas con el propósito de obtener una mayoría tan amplia que le permita desarrollar su plan, pero aunque todo indica que ganará en las votaciones, no será con la contundencia que desea porque la clase política está muy dividida en ese tema.

Así pues, amigos, tendremos más de que hablar sobre este curioso culebrón que comenzó como una novedad, pero que amenaza con aburrir hasta a sus propios protagonistas. Por algo será.