Por María Josefina Arce
El Cauca es uno de los 32 departamentos que conforman Colombia. Atesora gran cantidad de fuentes de agua y una de las más grandes reservas forestales del país, además de contar con varios parques nacionales.
Sin embargo, el Cauca ha acaparado las noticias en los últimos meses no por sus riquezas naturales y belleza, sino por la ola de violencia que afecta a los pueblos originarios que lo habitan, y que lo ha convertido en una de las regiones colombianas más peligrosas para los líderes sociales y comunitarios.
Es el departamento donde más se ha recrudecido la violencia, tras la firma del acuerdo de paz en 2016 entre el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y la otrora guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.
De hecho ocupa el primer lugar a nivel nacional con más líderes y defensores de los derechos humanos asesinados en los últimos tres años.
La inseguridad ha pasado a ser parte de la cotidianeidad de sus pobladores, y la situación no parece que por el momento mejore. En la última semana siete indígenas han sido asesinados en la zona por grupos armados.
Luis Kankui, consejero mayor de la ONIC, Organización Nacional Indígena de Colombia, precisó que en el último año fueron ultimados más de 115 líderes nativos en el país.
De hecho la ONIC declaró hace varias semanas emergencia humanitaria por los sucesivos crímenes cometidos contra los nativos desde la firma del Acuerdo de Paz.
La realidad es que los pobladores de ese departamento han quedado en medio del conflicto de los diferentes grupos armados que operan en la zona y que se disputan tierras para el narcotráfico.
La respuesta del gobierno del presidente Iván Duque ha sido enviar más de dos MIL soldados al Cauca, y si bien el enfrentamiento al narcotráfico es importante, la militarización no es la solución.
Los indígenas han rechazado la presencia de más elementos armados en la región, sean legales o ilegales, pues señalan que solo aumentará las acciones violentas.
Diego Jaramillo, de la Red de Derechos Humanos del Cauca, subrayó que se ha visto muchas veces que el ejército entra en la zona y no respeta la jurisdicción, ni la autoridad indígena.
La respuesta a la problemática pasa por la adopción de programas sociales que mejoren la vida de esas comunidades e incentiven el desarrollo de la región, como quedó estipulado en el acuerdo de paz y que aún continúa siendo una asignatura pendiente.
Los pueblos indígenas han llamado a una movilización nacional para el próximo día 8 en demanda del respeto a sus vidas y de la voluntad de paz de los colombianos, así como de que se cumpla el capítulo étnico en el marco de la implementación del acuerdo de paz.
