Por: Guillermo Alvarado
Hay cosas surrealistas que sólo la política parece ser capaz de ofrecernos, y entre ellas figura el sorprende acuerdo, con abrazo público incluido, que en España protagonizaron el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, y la organización de izquierda moderada Unidas Podemos.
Los lìderes de ambas agrupaciones, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, fueron hasta ahora enemigos irreconciliables y han cruzado no pocos insultos, mientras sus desacuerdos suman montañas.
Sin embargo, quizás inspirados en aquella frase de Enrique IV de Francia, de que París bien vale una misa, decidieron que Madrid bien podría valer una reconciliación y acordaron formar un gobierno en que Sánchez funcionará como presidente e Iglesias será el vicepresidente.
Respecto a qué figuras de cada bando formarán el nuevo gabinete, fue dejado para más adelante pues de momento tienen preocupaciones más urgentes, entre ellas atraer a otros partidos para que su proyecto tenga el número necesario de diputados.
España, recordemos, todavía funciona como una monarquía parlamentaria, donde el rey hace el papel de jefe de Estado y el órgano legislativo nombra al jefe del gobierno y aprueba al resto del ejecutivo.
Esto significa que el líder del partido político que consiga mayoría absoluta, es decir al menos 176 de los 300 diputados que forman el Congreso, será automáticamente el designado para presidir el gobierno.
Esto no se ha logrado en los últimos tiempos, por lo que se ha debido recurrir a alianzas para tratar de romper la situación y desde abril de este año Pedro Sánchez, del PSOE está designado como presidente en funciones por falta de mayoría.
Las recientes elecciones tampoco ofrecieron mucha claridad al respecto, pues Sánchez quedó con 120 escaños, seguido por el Partido Popular, con 88; el ultraderechista VOX se ubicó como tercera fuerza política con 52, y en el cuarto sitio está Unidas Podemos, que tiene 35.
El conservador partido Ciudadanos sufrió un descalabro y apenas logró 10 puestos en el Parlamento, algo verdaderamente inesperado.
Como se puede apreciar, la alianza PSOE-Unidas Podemos da un total de 155 diputados, lejos aún de la mayoría absoluta y que difícilmente lograrán la aprobación de los demás partidos para gobernar en minoría. Al menos Ciudadanos ya dijo que no aceptaría esa opción.
La alternativa es negociar con las agrupaciones vascas y catalanas, pero es poco creíble que en las circunstancias actuales, luego de la dura condena contra los dirigentes independentistas, Izquierda Republicana y Juntos por Catalunya accedan a gobernar con el PSOE, lo mismo que ocurre con el Partido Nacionalista Vasco, asi que la alternativa es la formación Bildu, que con sus 5 diputados no da para mucho.
Entonces la crisis está lejos de saldarse, a menos de ocurrir otras sorpresas que en el mundo político español no se puede descartar por completo, y lo que restaría es conocer el tiempo que un gobierno formado por tantas piezas, tardaría en romperse de nuevo.