Por: María Josefina Arce
La derecha ganó en Uruguay en la segunda ronda de las elecciones generales de noviembre pasado y no se han hecho esperar los ataques contra la ayuda médica de Cuba. Se ha puesto en marcha el mismo guión que en Brasil, Ecuador y Bolivia.
El diario de derecha El País publicó en los últimos días un artículo dedicado a cuestionar el programa de colaboración médica de Cuba con Uruguay, en especial el Hospital de Ojos José Martí que es un referente en territorio uruguayo en la atención a personas con padecimientos de la vista.
Unas 90 mil personas recuperaron la visión gratuitamente, gracias a la implementación en la nación sudamericana de la Operación Milagro, una iniciativa de Cuba y Venezuela que rebasó las fronteras de esos dos estados y se extendió por América Latina para atender las afectaciones de la vista en pacientes de escasos recursos.
Desde hace doce años funciona esta institución hospitalaria, en la que han laborado más de 50 especialistas cubanos que brindan atención a todos por igual, incluso a asociados a clínicas privadas.
El gubernamental Frente Amplio llamó al nuevo gobierno que asumirá en marzo del 2020 a no desmantelar un programa que ha ayudado a decenas de miles de uruguayos humildes, al tiempo que recalcó que está más que probada la calidad y alta profesionalidad de los especialistas de la Mayor de las Antillas.
Recordó que fueron el Consejo de la Facultad de Medicina, la escuela de Graduados y la Cátedra de Oftalmología las que aprobaron incluso que el Hospital de Ojos fuera un centro docente para la formación de los residentes, por tanto, es una total incongruencia hablar ahora de una supuesta mala formación de los cooperantes cubanos.
Esa ha sido una de las aristas de la campaña de Estados Unidos y los gobiernos latinoamericanos de derecha contra la ayuda médica cubana, que también insiste en una supuesta participación de los cooperantes en acciones proselitistas que nada tienen que ver con el objetivo de su misión.
En el Brasil de Jair Bolsonaro se puso en marcha esa escalada de agresiones. En mentiras, como decir que los especialistas cubanos eran esclavos de una dictadura o en cuestionar su calidad, basó sus ataques el ultraderechista presidente. Se atacó verbalmente a unos profesionales que laboraban en zonas apartadas e intrincadas, adonde nunca había llegado un médico, y que fueron recibidos con gratitud por los pobladores y despedidos con tristeza y lágrimas.
Después vendrían Ecuador y la convulsa Bolivia, escenario de un golpe de estado. El resultado ha sido que esos pueblos han visto limitado su derecho a la atención médica y han vuelto al pasado: si no tienes dinero no te curas.
Ahora parece irse preparando el terreno para que en Uruguay cuando asuma el gobierno de derecha siga la escalada de agresiones contra Cuba y sus trabajadores de la salud, que no por gusto han sido objeto de todo tipo de reconocimientos internacionales por una labor que se distingue por su humanismo, amor y entrega.