El retorno de las caravanas

Editado por Maite González Martínez
2020-01-25 06:55:20

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Foto archivo. CNN.

Por: Guillermo Alvarado

Luego de una pausa debida a la feroz represión del gobierno de Estados Unidos contra quienes pretenden entrar a ese territorio, el fenómeno de las caravanas de migrantes originarios de América Central, con destino a la nación norteña, comenzó de nuevo en los primeros días de este año.

El 15 de enero más de mil 500 personas partieron de Honduras con la esperanza de llegar hasta la frontera entre Mèxico y Estados Unidos y hacer una solicitud de asilo, con el argumento de que en su país son víctimas de la violencia de grupos irregulares, viven en condiciones de extrema pobreza y padecen el abandono de las autoridades.

Hombres, mujeres y niños cruzaron la línea de demarcación con Guatemala, donde cientos de personas se sumaron a la caravana que cruzó esa nación sin mayores contratiempos, pero fueron detenidos en el borde del río Suchiate, que marca el límite con México.

Allí estaban desplegados miles de agentes de la recién creada Guarda Nacional mexicana, que impidieron el cruce del afluente con el uso, inclusive, de la fuerza y el empleo de gas lacrimógeno, hechos que fueron muy criticados por defensores de los derechos humanos.

 David García Contreras, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que ese país había abandonado su tradicional política de puertas abiertas a los migrantes y optado por la contención.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador señaló que es partidario de una migración ordenada, segura y que garantice los derechos humanos de los viajeros. El ejecutivo anunció que ofrecería trabajo a los que quieran permanecer en ese país, pero impediría el ingreso de los que traten de cruzarlo con rumbo a la frontera norte.

A principios de esta semana la policía detuvo a numerosas personas y más de 400 fueron repatriadas a Honduras. Sin embargo el jueves ante la ausencia de efectivos de la Guardia Nacional, cientos cruzaron de manera pacífica la frontera, aunque presumiblemente se les impedirá avanzar más allá.

El fenómeno de las caravanas comenzó a finales de 2018 y tomó auge al año siguiente, si bien la actitud de los pobladores en los sitios de tránsito cambió diametralmente. Al principio se les brindaba apoyo, comida y albergue a los migrantes, pero poco a poco fue creciendo la indiferencia y hasta cierta hostilidad.

Los miembros de esos grupos señalan que al viajar unidos disminuye el riesgo de ser víctimas de asaltos, secuestros y extorsiones por parte del crimen organizado, que controla buena parte de las vías de desplazamiento en suelo mexicano.

Sin embargo los que lograron su objetivo de alcanzar la frontera norte quedaron atrapados allí debido las restricciones impuestas por la administración Trump y el desborde de los centros de acogida y refugio.

Muchos permanecen en campamentos insalubres con escasa ayuda, otros optaron por volver a su lugar de origen y algunos aceptaron ofertas de empleo temporal.

Esta situación se mantendrá porque la pobreza y la violencia, motores impulsores de quienes abandonan todo para perseguir un sueño inasible e improbable, no sólo no disminuyen, sino que se incrementan día a día.    FIN  

 

 

 



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