Por: María Josefina Arce
Los chilenos están decididos a cambiar un país que se ha revelado de grandes desigualdades y violencia policial. A poco más de cien días del estallido de las protestas populares se mantienen las demandas de profundas transformaciones de un sistema que solo ha favorecido a los más ricos.
Ante la presión popular el gobierno del presidente Sebastián Piñera, que camina por la cuerda floja con solo un seis por ciento de aceptación, accedió a realizar cambios en la constitución heredada de la época de la sangrienta dictadura del general Augusto Pinochet.
Pero la violenta represión de los carabineros contra los manifestantes, que dejó un saldo de más de 20 muertos y tres mil lesionados, ha hecho que muchos se planteen también la necesidad de otra policía, si se busca un nuevo Chile.
Es así que el Frente Amplio demandó la refundación del cuerpo de carabineros, ante las violaciones de los derechos humanos durante las protestas que estallaron el pasado mes de octubre.
En una propuesta a la dirección general de esa institución plantean la creación de una nueva policía civil que sea transparente, legítima y profesional, pues la fuerza existente hoy, alegan, no es para proteger a los ciudadanos, sino para reprimir.
Para la líder del Frente, Beatriz Sánchez, urge que se ponga fin a la militarización en el país, al tiempo que se conforme una fuerza del orden ciudadana que tenga otra relación con los chilenos, formada en materia de derechos humanos.
Numerosas son las demandas presentadas contra los carabineros por el excesivo uso de la fuerza. Sin embargo, la justicia chilena marcha lentamente y hasta el momento son contados los casos de los miembros de esa entidad policial que son requeridos judicialmente por los atropellos y vejámenes cometidos.
Por demás se mantiene como jefe de carabineros, el general Mario Rozas, a pesar de verse obligado a tener que admitir la responsabilidad de esa institución en denuncias de violaciones de los derechos humanos y de que su renuncia ha sido ampliamente solicitada
Y aunque el intendente de la región Metropolitana de Santiago, Felipe Guevara, podría ser suspendido de su cargo, pues la Cámara de Diputados aprobó una acusación constitucional, aún debe ser sancionada por el Senado.
Pero lo cierto es que también se mantiene en la presidencia Sebastián Piñera, a pesar de que una de las principales demandas populares ha sido su dimisión. En Chile realmente muchas cosas tienen que ser cambiadas para poder construir una nueva sociedad, con derechos para todos y sin el viejo fantasma de la dictadura miliar.