Por: Guillermo Alvarado

El ex vicepresidente de Estados Unidos y actual precandidato por el partido Demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, se consolidó esta semana al ganar las primarias en los estados de Florida, Illinois y Arizona y puso bastante tierra de por medio ante su rival, el senador Bernie Sanders.

De acuerdo con el conteo que lleva la agencia de noticias Associated Press, Biden tiene ya en el bolsillo a mil 180 delegados, de los mil 991 necesarios para ser proclamado candidato en la convención nacional de su partido.

Sanders, que comenzó muy bien el proceso pero luego perdió el apoyo de la población afro estadounidense y una parte de los hispanos, se mantiene segundo en la contienda, con 885 delegados a su favor.

Como se puede apreciar, la diferencia es grande, pero el senador por el estado de Vermont no tiene intenciones de renunciar a la carrera, sobre todo para mantener en el debate los temas que le interesan, como la pobreza, el desempleo y el acceso universal a los servicios de salud.

Muchos de sus seguidores, sobre todo los jóvenes, opinan que si en este momento cede el terreno a Biden, muchos de estos problemas saldrían de la agenda.

En lo que todos están de acuerdo en el partido Demócrata, es en la necesidad de construir un frente sólido para sacar de la presidencia del país a Donald Trump, calificado como un peligro para la seguridad y la estabilidad de la primera potencia económica y militar del mundo.

La contienda atraviesa momentos de incertidumbre, y no por asuntos de índole política sino por la irrupción de la pandemia de coronavirus que podría paralizar al país en los próximos días.

Con más de diez mil casos confirmados y cerca de 150 fallecidos, es la nación más tocada por esta enfermedad en el continente.

De hecho las primarias fueron postergadas en Ohio, un sitio importante por el número de delegados que aporta, y que se convirtió en el quinto de los 50 que forman los Estados Unidos en adoptar esta medida.

California, con diez millones de habitantes y donde ya se realizaron las elecciones primarias, decretó una rigurosa cuarentena y nadie puede salir de su vivienda más que para comprar alimentos, medicinas o atender a algún enfermo.

Temas como el control de la pandemia, la situación de la economía ante esta crisis sanitaria mundial, las críticas a Trump por su falta de acción durante las primeras semanas se convirtieron en un nuevo foco de debate político en un año en que los ciudadanos deben elegir un nuevo presidente o confirmar al actual para otro período.

Si, como temen algunos, la pandemia explota con mayor virulencia en la nación norteña debido a la ausencia de programas efectivos para contenerla, todo lo demás, incluido el proceso electoral, pasaría a un segundo plano hasta que la situación se equilibre, en un plazo que nadie se atreve a pronosticar.