Por: Roberto Morejón
Personal de la salud de Cuba realiza pesquisas masivas y encuestas para detectar posibles casos del nuevo coranavirus, de ahí la particular atención hacia los Hogares para Niños sin Amparo Filial.
Como parte de la estrategia nacional ante la amenaza planteada por la pandemia con signos respiratorios, personal entrenado atiende con particularidad a grupos más sensibles.
Entre ellos figuran los moradores de los hogares mencionados, es decir, hijos de madres y padres siquiátricos, privados de libertad o que abandonaron a sus descendientes, ante lo cual el Estado cubano garantiza instituciones para el cuidado y protección.
Por lo general divididos en grupos de niños de cero a seis años y de esa última edad hasta 18, los espacios de acogida son atendidos por trabajadores esforzados, con adiestramiento conveniente para educar a los muchachos como a sus propios hijos.
Mientras los preparan para ser sobre todo buenos seres humanos, los empleados en los Hogares para Niños sin Amparo Filial en Cuba tienen ahora una nueva tarea.
Ante la suspensión de las clases en las escuelas, los residentes en ese tipo de lugares especiales NO pueden salir al barrio, como lo hacen en tiempos normales, para relacionarse con la comunidad.
Los más pequeños desprovistos transitoria o definitivamente de la cobertura familiar por el momento deben jugar, estudiar y distraerse en los mismos inmuebles donde ingieren sus alimentos, se asean y pernoctan.
El distanciamiento social obligatorio como una modalidad indispensable para frenar posibles cadenas de contagio ante el avance del nuevo coranavirus llegó a los Hogares citados.
Psicólogos, maestros, auxiliares pedagógicas, directivos y otros especialistas que habitualmente cuidan a los menores con situaciones familiares extremas, ahora están muy al tanto de que en medio de tales fragilidades la actual situación sanitaria NO los altere sensiblemente.
Para lograrlo, el personal recibió asesoría sobre cómo realizar procedimientos con ellos, ya sea sicoterapias o actividades conjuntas.
A todos les transmiten los hábitos de aseo reforzado, muy necesarios en las actuales circunstancias para evitar contagios, y los persuaden de estar alertas ante cualquier malestar de salud y reportarlo de inmediato.
Las faenas tan humanas de los Hogares para Niños sin Amparo Filial en Cuba ganan significación adicional en tiempos tan difíciles, cuando la Humanidad se expone a la expansión de un peligroso virus.
Los más vulnerables socialmente requieren y obtienen en Cuba resguardo esmerado aunque algunos de ellos, como los niños, no entiendan la causa.