Por Maria Josefina Arce

Hace 50 años llegaron los primeros médicos cubanos al Perú, que a lo largo de décadas ante desastres naturales ha sido beneficiario de esta ayuda, acogida con beneplácito por su población.

Allí estaban los profesionales cubanos para socorrer a las víctimas del terremoto de 1970  que devastó la región de Ancash, en la década del noventa cuando la epidemia del cólera y más recientemente en 2017 por el sismo que afectó a Ica, en el norte, Ahora el Perú se sumó  a  las naciones que han solicitado la asistencia médica de Cuba para enfrentar a la COVID 19, que ha tenido un repunte en ese territorio y amenaza con incrementar el ya elevado número de infectados y fallecidos.

El pedido de Lima es un nuevo reconocimiento no solo a los avances de la Mayor de las Antillas en la esfera de la salud,  sino también a la acertada política de sus  autoridades en el combate a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

Una brigada de más de 80 médicos y enfermeras apoyarán a sus colegas peruanos y reforzarán de esa forma las acciones contra la dolencia, que avanza inexorablemente por las Américas.

En las regiones más afectadas por la pandemia laborarán los profesionales cubanos de la salud, quienes han mostrado su alta capacitación y humanismo en los distintos países en que han acudido a salvar vidas.

La asistencia del archipiélago cubano llega en momentos en que el Perú registra una crisis sanitaria sin precedentes por el alto número de contagiados, que se acerca peligrosamente a los cien mil.

Loreto, en la Amazonía, y Lambayeque y Piura, en la costa norte, son las zonas más golpeadas por la dolencia, que ha hecho colapsar el sistema sanitario y enfrenta la falta de insumos y personal médico.

La noticia ha sido muy bien acogida por la prensa y la población, especialmente de las regiones más afectadas como  Piura, donde en 2017 laboró igualmente  una brigada cubana que asistió a los damnificados de las grandes inundaciones de ese año, y donde permaneció varios meses a solicitud de sus pobladores.

La campaña de Estados Unidos contra la asistencia médica cubana no puede borrar el agradecimiento y reconocimiento de gran parte del mundo, ante el mejoramiento de sus condiciones de vida y de los índices sanitarios por la abnegada labor de los cubanos que no vacilan en poner sus conocimientos y experiencias al servicio de otros pueblos.