Lejanos los objetivos de desarrollo

Editado por Maite González Martínez
2020-05-23 07:55:44

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Por: Guillermo Alvarado

Los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible, previstos para cumplirse en el 2030 con el propósito de lograr un mundo más equilibrado y justo, están ahora mucho más  lejos debido a la pandemia de la Covid-19 que ha trastocado la marcha de la economía mundial con grave efecto en los menos favorecidos.

En este sentido se pronunció esta semana el secretario general de la ONU, Antonio Gutérrez, cuando participó en la reunión anual del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, Ecosoc.

Dijo el alto funcionario que en las actuales circunstancias es un imperativo redoblar la lucha contra la pobreza y advirtió que la plaga puso al descubierto la fragilidad de muchas sociedades, así como el impacto negativo entre los sectores más vulnerables.

En la mayoría de países, tanto industrializados como los llamados en vías de desarrollo, es decir pobres, el efecto más visible de la pandemia ha sido la destrucción de millones de empleos, precisamente los que realizan las capas medias y bajas de la población.

Esto puede empujar hacia la pobreza a unos 500 millones de personas, advirtió la organización no gubernamental británica Oxfam, lo que pondría fin a años de avance en la lucha contra este flagelo.

Ante este sombrío panorama, Gutérrez planteó al Ecosoc tres objetivos prioritarios. El primero de ellos ayudar a los países a detener el impacto de la pandemia y suprimir la propagación del virus.

La segunda meta es apoyar para salvaguardar los logros de desarrollo, restañar el impacto socioeconómico de la enfermedad y proteger las vidas.

En tercer lugar plantea asegurar que los esfuerzos nacionales, regionales y globales se mantengan en la senda de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Se trata de un programa ambicioso, pero con serios obstáculos porque hasta ahora la tendencia mostrada por la mayoría de países occidentales, encabezados por Estados Unidos, primera potencia mundial, ha sido privilegiar la economía por encima de la salud y la vida de la gente.

Aún con una fuerte circulación del virus que provoca la Covid-19, se comenzaron a levantar restricciones para evitar el contagio. La falta de políticas de protección social pone a las personas entre la espada y la pared y les obliga a elegir entre el hambre o la enfermedad, una disyuntiva execrable.

Poco espacio queda, pues, para que la sociedad avance hacia la eliminación de males seculares creados por modelos perversos de producción, distribución y consumo, donde pocos tienen todo, y los demás carecen de lo indispensable.



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