Por Maria Josefina Arce
América Latina es actualmente el epicentro de la COVID 19, pero en la región destaca la labor de Cuba en el enfrentamiento a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, así lo ha reconocido la revista estadounidense Time.
La publicación resalta que la Mayor de las Antillas es uno de los países del área que destaca por sus resultados positivos, algo que está vinculado no sólo a las medidas adoptadas, sino también al contexto político, sanitario, social y económico que tenía cada territorio al inicio de la emergencia, puntualiza Time.
La revista analiza el impacto en América Latina de la dolencia y su autor Ian Bremmer señala que " hay que dar crédito donde se debe" y, sin dudas, el archipiélago ha marcado la diferencia no solo en la zona, sino en el mundo.
El reconocimiento de la revista estadounidense se une al de muchos en el planeta, que además subrayan la actitud solidaria de Cuba, lo que contrasta con la postura egoísta, irracional y genocida de otros como Estados Unidos, que mantiene sanciones económicas que dificultan la respuesta a una enfermedad con un alto grado de contagio y letalidad.
En las últimas semanas se ha escuchado un reclamo que cobra cada vez mayor fuerza: el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a los médicos cubanos que salvan vidas en otras naciones ante la devastadora presencia de la COVID 19.
Es una solicitud de parlamentarios de diversos países, eurodiputados, personalidades y organizaciones solidarias con Cuba que han destacado la presencia de profesionales cubanos de la salud en los escenarios más difíciles de catástrofes naturales y epidemias como ahora la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, surgió en 2005 el Contingente Internacional de Médicos Especializado en Situaciones de Desastres y graves epidemias Henry Reeve que ha salvado millones de vidas en todas partes del orbe.
Los médicos del archipiélago son muy bien acogidos en los diversos pueblos donde han laborado por su dedicación, humanismo y alta profesionalidad. Esperanza y amor han dejado a su paso, además de garantizar a los más humildes un derecho humano esencial: el acceso a la salud.
