Por: Roberto Morejón
Manifestaciones de palestinos irritados y una extendida repulsa internacional son algunas de las respuestas recientes a los arrebatos anexionistas de Israel con respecto a Cisjordania.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quiere acelerar la incorporación formal de al menos 30 por ciento de Cisjordania, ocupada por el régimen sionista desde mil 967.
Ahora Tel Aviv NO habla de perpetuar su indeseable presencia militar, económica y de sus colonos, sino de Anexión.
Se trata de un corolario más insostenible y repudiable aún que la propia ocupación, por sí injustificable.
Contemplado para desplegarse desde el primero de julio aunque aplazado temporalmente, el proceso expansionista y usurpador ganó rechazo de la ONU , Unión Europea y de los palestinos.
Estos últimos insisten en que el peligroso paso concebido por Israel está inscrito en el llamado acuerdo del siglo del presidente estadounidense Donald Trump para el Medio Oriente.
Por esa razón Netanyahu se siente amparado y quiere salir adelante, mucho más cuando por acuerdos políticos internos debe ceder el puesto a Benny Gantz en un año.
El ex general opina que Israel debe concentrarse en la lucha contra la COVID-19 y en la suerte de un millón de desempleados.
Pero si bien Netayanhu sabe que NO puede darle la espalda al consenso interno, sus ojos están puestos en Washington.
Al parecer, allí hay posiciones dubitativas sobre el inicio actualmente de la anexión de la tercera parte de Cisjordania, ante el gran repudio internacional.
No se trata de que los actuales inquilinos de la Casa Blanca estén atados a lo que digan fuera de fronteras.
No obstante, Cisjordania, donde viven 2,7 millones de palestinos, y Gaza podrían convertirse en un hervidero, ante el hecho de que NO han sido consultados.
Además, la comunidad internacional considera ilegales los asentamientos israelíes, convertidos en la avanzada de la proyectada anexión.
Si esa depredación se ejecutara, la Autoridad Nacional Palestina NO sobreviviría, advirtió con mucho tino el diplomático Saeb Erekat.
Debemos recordar que el mismo régimen ahora embarcado en la adjudicación formal de un importante territorio palestino hizo lo mismo con el Golán sirio y Jerusalén oriental.
La comunidad internacional debe condenar esta nueva manifestación de los apetitos expansionistas de Tel Aviv, reñidos con las justas aspiraciones de los palestinos de contar con un Estado independiente.