Foto: Archivo/RHC.
Por: Guillermo Alvarado
La economía de Estados Unidos, reconocida como la mayor del mundo en la actualidad, cayó en 9,1 por ciento durante el trimestre de abril a junio, lo que confirma el estado de recesión como consecuencia de la pandemia de covid-19 que mantiene en vilo a la potencia norteña.
De esta manera se extiende el ciclo negativo que había sido oficialmente declarado en febrero pasado por la Oficina Nacional de Investigación Económica, organismo que sigue la evolución de esta actividad.
Como se sabe, un país entra en recesión cuando su Producto Interno Bruto, PIB, es negativo durante seis meses consecutivos, o sea dos trimestres, debido a la contracción de diversos sectores, como la industria, agricultura, construcción o el consumo interno.
Esta situación no ocurría desde 2009, tras el final de la crisis financiera global, cuando comenzó una etapa de incremento que duró 128 meses. De hecho, Donald Trump fue el heredero de esta bonanza de cuyos resultados se apropió para hacer creer a la gente que todo era obra de su gobierno.
La irrupción de la pandemia, a la cual el ejecutivo prefirió ignorar durante los primeros meses lo que agravó la cadena de contagios, puso fin a la etapa a pesar de que el presidente se negó a declarar una cuarentena generalizada.
Un boletín de la Oficina de Análisis Económico conocido la víspera indicó que la contracción del PIB fue un reflejo de la consigna “Quédate en casa” impulsada en marzo y abril por algunos gobernadores para frenar el virus.
Si bien muchas empresas mantuvieron abiertas sus puertas o se inclinaron por el trabajo a distancia, al costo que fuese necesario, la mayoría de las familias y otros consumidores cancelaron, restringieron o reorientaron sus gastos.
Aunque el gobierno aprobó un paquete de ayuda financiera de 2,2 billones de dólares, el mayor en la historia del país, fue insuficiente para alentar la decaída economía sobre todo porque la enfermedad se extendió prácticamente sin control por casi todo el territorio.
El desempleo alcanzó niveles nunca vistos en un siglo y a pesar de una leve recuperación, se ha mantenido la cifra de un millón de personas solicitando ayuda en cada una de las dos últimas semanas.
Los datos ponen contra las cuerdas al presidente Trump, ahora que comienza la etapa final de la carrera hacia la Casa Blanca luego de celebrarse las convenciones de los dos principales partidos, el Demócrata y el Republicano.
Se prevé, entonces, que para conservar votantes incrementará sus ataques contra los migrantes y agitará cada vez más el fantasma de una izquierda radical o socialista, que en ese país sólo existe en su imaginación.