Esperanzas insensatas (+Foto)

Editado por Martha Ríos
2020-10-07 07:23:01

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Caminan hacia un futuro más incierto del que abandonan. Foto: Reuters

Por Guillermo Alvarado/RHC

Los miles de hondureños que partieron en una caravana con la ilusión de llegar a territorio de Estados Unidos, donde presuntamente hallarían las oportunidades negadas en su propio país, vieron desvanecer sus esperanzas cuando Guatemala se convirtió en barrera infranqueable para su paso.

Se habla de dos mil, tres mil o hasta más personas que iniciaron la travesía con el común denominador de ser pobres, tan pobres que es preferible enfrentar los riesgos de un trayecto acompañado de hambre, sed, calor, frío, lluvias y la indiferencia, cuando no hostilidad, de autoridades y residentes locales.

El cortejo en tiempos de pandemia, donde participaron hombres, mujeres, niños y hasta algunas personas con problemas físicos, es clara evidencia de que la miseria da más miedo que la enfermedad o la violencia, o que al fin y al cabo todas llevan al mismo lugar, la tumba.

Honduras es uno de los países más pobres de Centroamérica, lo que ya es mucho decir porque en ese istmo, que hace las veces de la cintura del continente, se concentran las mayores desigualdades sociales de la región.

De acuerdo con el Banco Mundial, cuyas estadísticas suelen ser conservadoras, el 48,3 por ciento, casi la mitad de sus habitantes vive en la pobreza, que en el área rural sube hasta el 60,1.

Las capas medias de la población representan el 11 por ciento del total, muy bajo respecto al promedio regional de 35 puntos. Donde hay tanto abandono y desigualdad, florecen el crimen y la violencia, y Honduras sufre una tasa de 41 asesinatos por cien mil habitantes, entre las más altas del mundo.

Es de estas realidades que los miembros de la caravana de migrantes pretendían escapar, pero si alguna vez hubo esperanzas, estas fueron insensatas porque las dificultades eran realmente infranqueables.

Desde el primer día el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, ordenó a las fuerzas de seguridad detener y expulsar a los grupos que cruzaron la frontera, con el pretexto de que representan una amenaza para la salud.

Su homólogo de México, Andrés Manuel López Obrador, sugirió que la organización del éxodo estaba vinculada a la situación electoral en Estados Unidos y expresó su voluntad de no dejarlos cruzar su país.

Más de 7 mil personas integran la caravana. Foto: Canal Caribe

Pero aún si hubiese sido posible evadir estos obstáculos, habrían encontrado una frontera blindada en Estados Unidos cuyas autoridades mantienen una política de tolerancia cero y máxima dureza contra la migración irregular.

De una u otra manera, el fenómeno se repetirá hasta que los gobiernos locales y los países receptores de migrantes, sobre todo estos últimos, combatan la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la violencia, único remedio para frenar la movilidad masiva de quienes no tienen ya nada que perder.         



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