Por: Guillermo Alvarado
Como aterrador calificó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, un informe sobre el estado mundial del clima dado a conocer la víspera, donde se advierte que se está terminando el tiempo para prevenir una catástrofe global debido al incremento de la temperatura en el planeta.
El año pasado fue uno de los tres más calurosos desde que se llevan este tipo de registros, junto a 2016 y 2019, y la década comprendida de 2011 a 2020 califica como la peor en este indicador.
Se trata de un estudio elaborado por la Organización Meteorológica Mundial, OMM, que demuestra el elevado precio que el impacto del aumento de la temperatura promedio tiene para toda la humanidad.
La causa, dijo Guterres, está clara, es la conducta irresponsable de nuestra especie que ha transformado el medio ambiente con efectos desastrosos. Estamos, agregó, al borde del abismo.
El secretario general de la OMM, Petteri Talas, dijo que los datos reunidos durante los últimos 28 muestran aumentos significativos de temperatura en la tierra y el océano, así como del nivel del mar, el derretimiento de hielo marino y de los glaciares y modificaciones en los patrones de lluvias.
Debido a ello los eventos extremos son más frecuentes e intensos, señaló.
Petteri Talas destacó que aunque los gobiernos, sobre todo en los países más contaminadores, comiencen de inmediato a tomar medidas para contener las emisiones de gases nocivos, la tendencia al calentamiento global se mantendrá durante los próximos años.
Por ello, dijo, es imprescindible invertir en sistemas de alertas tempranas contra fenómenos dañinos, como sequías o huracanes intensos, así como fortalecer las redes de observación meteorológica.
El informe indica que el daño que ya se causó a la naturaleza está ahora matizado por los efectos de la pandemia de covid-19, que agregó nuevos sufrimientos a las poblaciones más desprotegidas.
La contracción de la economía, las limitaciones de movimientos y la caída de los mercados internos, afectaron la cadena de suministro de alimentos y ralentizaron la prestación de asistencia humanitaria a los que ya antes sufrían graves limitaciones.
El documento se presentó unos días antes de una reunión virtual sobre cambio climático, convocada por el gobierno de Estados Unidos quizás para mejorar su imagen luego de la conducta negacionista del ex presidente Donald Trump.
Sin demeritar estos encuentros, debo señalar que a ellos muchos dirigentes sólo van a pronunciar su discurso, pero no a escuchar a los otros y menos aún a comprometerse con un cambio que urge para salvar nuestro mundo.
