Por: Roberto Morejón
El bloqueo estadounidense contra Cuba tiene rostros, por su impacto en personas y entidades, como la línea bandera Cubana de Aviación, de ahí la importancia de las demandas a nivel mundial para poner fin a una política tan absurda como dañina.
Ahí están los reportes de la compañía Cubana de Aviación, con dificultades acentuadas no solo por la crisis sanitaria mundial sino por los efectos de la sanciones de la nación norteña.
Cancelaciones de vuelos, de ventas hacia destinos tradicionales, de negociaciones para abrir ruta hacia Jamaica, clausura de cuentas bancarias y cese de ingresos monetarios por exportaciones de bienes y servicios.
La lista es tan extensa que pone de relieve la situación espinosa de una empresa de tradición, sometida a la asechanza de Estados Unidos por el bloqueo.
Atrás quedan años de gran esfuerzo de Cubana de Aviación, fundada en 1929 y con un historial fructífero al figurar entre las primeras aerolíneas que abrieron la era de los vuelos comerciales.
Miembro de la IATA , Asociación Internacional del Transporte Aéreo, la compañía ejerce como línea bandera del acarreo de pasajeros, carga y correo y llegó a alcanzar rentabilidad.
Pero el bloqueo de Estados Unidos a Cuba causó pérdidas cuantiosas a la empresa, entre otras razones por la imposibilidad de arrendar aeronaves y acceder a créditos.
Incluso si volviera a tener capacidad para alquilar aeronaves le sería complejo recibir servicios de proveedores de combustible en destinos regulares, por tener la mayoría relaciones directas con Estados Unidos.
La situación de la compañía referida ilustra los apremios de la economía nacional, pues entre abril de 2019 y marzo de 2020 la agresión estadounidense causó quebrantos por cinco mil 570 millones de dólares, cifra récord para un año.
Lo ocurrido con Cubana de Aviación pone de relieve la necesidad de la mayor de las Antillas de continuar su demanda en ONU para que la Asamblea General abogue por poner fin al bloqueo.
Lo mismo han pedido recientemente decenas de miles de personas en varias latitudes, durante las caravanas contra el bloqueo de Estados Unidos y los llamados puentes de amor.
Desde Santa Clara, en el centro de Cuba, hasta Lagos, en Nigeria, desde Manhattan hasta Londres, las voces se multiplican porque en la patria de José Martí sufren los castigos del asedio estadounidense.
