Castillo por todos los pueblos del Perú

Editado por Maite González Martínez
2021-07-30 07:12:44

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Presidente de Perú, Pedro Castillo, junto al titular del Consejo de Ministros, Guido Bellido, en Pampa de la Quinua en Ayacucho. Foto: AFP

Por: Roberto Morejón

El plan de gobierno expuesto por el nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, causó conmoción entre sus seguidores y millones de peruanos esquilmados por vestigios del colonialismo y desmanes de la época neoliberal, tan férreamente aplicado en el país.

Con la misma paciencia con la que aguardó por su proclamación oficial después de interminables recursos legales de la ex candidata derechista Keiko Fujimori, el modesto maestro rural bordeó sus lineamientos, aun a sabiendas de que provocarían escozor en las élites de Lima.

En las tribunas del Congreso, donde tantas maniobras se tejieron contra presidentes y ministros, el hombre de sombrero de paja y copa alta pidió luchar a fondo contra la corrupción, con la moral de quien proviene de los más olvidados parajes de la diversa geografía peruana.

Tampoco resultó impropia su promesa de ser un defensor de los pobres, pues él procede ---como dijo--- de los sectores oprimidos, a tal punto que anunció que NO vivirá en el Palacio de gobierno.

Quien ha prestado juramento de manera simbólica en la Pampa de la Quinua , importante lugar para Sudamérica, habla de las culturas del Perú, y NO de una, y dice estar dispuesto a recuperar la soberanía sobre los recursos naturales.

Advirtió además a los poderosos y oligarcas que cumplirá con su promesa de presentar un proyecto de reforma constitucional para convocar a una Asamblea Constituyente, encargada de elaborar una nueva Carta Magna.

Sus adversarios, muy numerosos, prometen en esa y otras aristas de su plan de gobierno enfrentar la gestión del dirigente sindical ahora investido de Primer Mandatario del Perú.

Mientras millones de peruanos afirman estar esperanzados, otros desde la derecha y más allá preparan sus estrategias para enfrentar lo que consideran un desafío a sus intereses, a la par de ignorar la olvidadas ansias populares.

Auténtico y ajeno a los círculos de poder, Pedro Castillo se presenta como un orador inusual, portador de ideas renovadoras para un escenario habituado a que los políticos de turno concedan luz verde a más inequidades.

En ese sentido lo interpretaron los conculcados de siempre, hoy ansiosos al escuchar por primera vez en mucho tiempo que su gobernante se compromete a otorgarle especial atención a la salud, educación y poblaciones rurales, sin asomo de arenga falsaria.



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