Foto: Archivo/RHC
Por María Josefina Arce (RHC)
Masacres, desplazamientos forzados, asesinatos selectivos, violencia policial contra manifestantes, incumplimiento de los acuerdos de paz y un complejo panorama epidemiológico por la COVID 19 definen la situación en Colombia durante los tres años de gestión del presidente Iván Duque.
El mandatario, de acuerdo con encuestas de opinión, es el de más baja aprobación en toda la historia de la nación suramericana. En mayo pasado sólo contabilizaba 18 puntos porcentuales de respaldo.
Agitados han sido estos 36 meses en que el territorio colombiano ha vivido en una constante violencia. Más de 60 masacres han tenido lugar en lo que va de 2021, lo que hace temer que en diciembre se sobrepase las 91 registradas el pasado año.
Unido a esta violencia marcha otro problema: los desplazamientos forzados. En los primeros meses de 2021 más de 44 mil colombianos se han visto obligados a abandonar sus hogares ante las acciones de grupos armados irregulares que se disputan el control de los territorios.
Los asesinatos selectivos es otra lamentablemente realidad de los tres años de mandato de Duque. Solo en 2020 fueron ultimados 310 líderes sociales, reveló el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz. En este año la cifra sobrepasa los sesenta.
El presidente ha sido fuertemente criticado por múltiples sectores por su falta de voluntad para implementar el Acuerdo de paz, suscrito en 2016 por su antecesor Juan Manuel Santos con la otrora guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo y que contiene los mecanismos necesarios para poner freno a la violencia.
Medios de comunicación señalan que el más reciente informe del Instituto Kroc, encargado de dar seguimiento al acuerdo, apunta que hasta noviembre pasado apenas se había implementado 28% de las disposiciones pactadas.
La ausencia de garantías de seguridad para los ex guerrilleros es otra constante preocupación de la sociedad colombiana.
La situación económica no es mejor. El pasado año la pobreza aumentó en el país 6,8%, con respecto al 2019, mientras que 15,1% de la población vive actualmente en la pobreza extrema.
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El gobierno de Duque también ha sido blanco de protestas populares. Su propuesta de una reforma tributaria, que incluía un aumento de 19% de los impuestos de los servicios públicos y de la canasta básica, fue el detonante de un estallido social de gigantescas proporciones.
Durante dos meses los colombianos tomaron las calles y fueron violentamente reprimidos por las fuerzas del orden.
Cuarenta y un homicidios, 69 casos de lesiones oculares, casi dos mil detenciones arbitrarias y más de 300 desapariciones fue el resultado de la represión de las protestas antigubernamentales, de acuerdo con organizaciones sociales y de derechos humanos.
Aunque en el discurso por sus tres años de mandato Duque intentó dar una imagen edulcorada, lo cierto es que es bastante desfavorable el saldo de su gestión, que deja un sabor amargo en gran parte de la sociedad colombiana.