Ciencia y procedimientos en busca de más alimentos

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2022-02-15 07:14:00

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Por: Roberto Morejón

En el camino hacia la reducción del déficit en los aportes de la agricultura a la mesa hogareña y obtener la soberanía alimentaria, los cubanos prestan atención a una política nacional para encausar tales objetivos, empeño en el que tienen el privilegio de contar como asesor con el intelectual brasileño Frei Betto.

El autor del connotado libro “Fidel y la religión” cumple aquí por estos días una intensa agenda, como asesor del país caribeño y de la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

El locuaz orador ha recorrido enclaves como el Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales, en la central provincia de Villa Clara, donde elogió la promoción de cultivos tradicionales a partir de semillas más valiosas y los trabajos para sumar otros de menos arraigo.

El mencionado Instituto se erige en pilar del propósito de Cuba de ganar en soberanía alimentaria, pues le resulta onerosa la carga importadora de alimentos, cuya factura obliga a destinar más de dos mil millones de dólares anualmente.

A esas compras precisan las deficitarias entregas de la agricultura nativa, afectada por la carencia de insumos, el bloqueo estadounidense y el éxodo hacia las ciudades, entre otras causas.

Cuba perfiló el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional basado en experiencias autóctonas sin desechar recomendaciones de la FAO, con la mira en robustecer los métodos de autoabastecimiento municipal.

Conocido por sus siglas SAN, el referido procedimiento va en camino de transformarse en ley, o sea, una norma de desarrollo constitucional, previa discusión con las bases, fundamentalmente labriegos y miembros de cooperativas y empresas agrícolas.

Más allá del cuerpo legal, se busca incorporar a la mayor cantidad posible de personas a una idea emancipadora en el plano económico a partir de recursos locales, en función de generar nutrientes.

También es loable atraer la atención hacia mejores formas de educación alimentaria en detrimento de hábitos inadecuados para la salud.

Con los saberes de los campesinos y de los adelantos de la ciencia, incluyendo la biotecnología, la política hacia la soberanía alimentaria despierta esperanzas en una población urgida de hallar en los mercados una oferta más diversa a precios razonables.



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