Por ese conducto la industria aumentará su contribución a las intencionesde sustituir importaciones

Por: Roberto Morejón

Golpeada por los avatares del bloqueo estadounidense y el impacto de la pandemia en el tesoro público, la industria cubana busca, no obstante, responder a una serie de requerimientos del país, como las torres de alta tensión.

El periódico cubano Granma informó que una indispensable empresa del centro del archipiélago, la Fabric Aguilar Noriega de la provincia de Villa Clara, alistará este año 131 torres de acero para líneas de transmisión eléctrica de alta tensión.

Conocidos como los gigantes capaces de sostener extensos tendidos más visibles en los campos que en las ciudades, la asignación de ese objetivo económico está muy vinculado a la posibilidad de la referida entidad de ligarse a otras.

La aludida planta de gran tradición y aportes a los programas nacionales de la industria y los servicios, realizará lo que en el lenguaje técnico se conoce como encadenamiento productivo, una frase muy utilizada en la actualidad en esta nación caribeña.

Y se apela a ese concepto porque Cuba tiene pronunciadas dificultades para acceder a recursos financieros, incluso créditos internacionales, de ahí la relevancia de encontrar componentes para una obra central en cualquier lugar de la geografía.

Al encadenarse varias empresas con la Fabric Aguilar Noriega, la mayor de las Antillas entregará un número de torres de alta tensión que permitirán un ahorro de 1200 dólares por cada una.

El monto es relevante y pone de relieve lo acertado de tales enlaces, como también lo entienden en el Combinado Industrial de Ceballos, en la central provincia de Ciego de Ávila.

Allí se integran plantas estatales y trabajadores por cuenta propia para confeccionar envases alternativos, imprescindibles para que Ceballos prodigue los renglones de la esfera alimentaria tan demandados en el mercado interno por su calidad.

De manera que el encadenamiento se inscribe en las prioridades de desarrollo de la industria cubana junto a la transformación tecnológica, de urgencia para muchas plantas por su obsolescencia, y la modernización en general.   

Por ese conducto la industria aumentará su contribución a las intenciones de la economía de sustituir importaciones, algunas de ellas imposibles de adquirir por las limitaciones existentes, e incluso trabajar en aras de factibles exportaciones, con renglones más competitivos.