Sin evidencias, pero aún así lo dieron por cierto

Editado por María Candela
2023-06-09 08:34:03

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Imagen de archivo/RHC

Por Roberto Morejón

Rápida, potente y directa fue la respuesta del gobierno cubano al libelo lanzado por un exponente de la llamada gran prensa estadounidense, sobre la posible construcción en el archipiélago caribeño de una base de inteligencia china para espiar a la nación norteña.
 
Una revisión de los titulares e informaciones publicadas en la prensa corporativa mundial refleja la repetición casi al calco de lo redactado en The Wall Street Journal, engendro calificado por Cuba de calumnia y falsedad.  
 
Sin embargo, en las primeras horas posteriores a la “cascada” de duplicaciones de lo dicho, sin pruebas, por el rotativo estadounidense, pocos medios hicieron alusión a la contundente declaración del viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío.
 
El alto funcionario desmintió la publicación del referido diario sobre el pretendido acuerdo entre La Habana y Beijing para establecer en territorio antillano un enclave militar, destinado -según escribieron- a interceptar comunicaciones de Estados Unidos.
 
A pesar de los intentos de la prensa hegemónica por diluir la categórica declaración de Fernández de Cossío, acompañada del argumento de que Cuba rechaza la presencia militar extranjera en la región de América Latina y el Caribe, la verdad de este país bloqueado y en medio de limitaciones materiales severas, no podrá ser velada siempre.
 
La nación caribeña conoce muy bien este tipo de falacias porque ha sido blanco de ellas durante el prolongado enfrentamiento con Estados Unidos.
 
Con periodicidad algunos sectores requieren de oxígeno adicional para presentar a Cuba como lo que ellos llaman una amenaza.
 
Así lo hacen para calzar la permanencia del asedio y hasta espurias listas unilaterales.
 
Para esos instigadores del invocado peligro de Cuba en relación con la seguridad de Estados Unidos parece no significar nada el hecho de que este país caribeño es firmante de la Declaración de América Latina y el Caribe como zona de paz, suscrita por la CELAC en La Habana en 2014.
 
Si de presencias ajenas a América Latina y el Caribe se trata, The Wall Street Journal y los restantes medios que se hicieron eco del libreto de la alegada instalación china, deberían abordar la de los efectivos estadounidenses en bases ubicadas en el área.
 
Y también referirse a las tropas estadounidenses acantonadas en Cuba, en la base de Guantánamo, contra el deseo de los habitantes de este archipiélago.

 



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