Cartel

Por María Josefina Arce

La urgencia de  proteger la soberanía e integridad de los pueblos de América Latina y el Caribe y luchar contra los negativos efectos de las políticas neoliberales en la región, que han incrementado la pobreza y las desigualdades centraron los debates del Foro de Sao Paulo, que sesionó en Brasilia, la capital de Brasil.
    
Fue precisamente en esta nación latinoamericana donde nació en la década del 90 del siglo pasado este mecanismo de concertación de partidos y movimientos políticos de izquierda y progresistas, por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, y del hoy presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fundador  del Partido de los Trabajadores de Brasil.
     
Y tras una inevitable pausa por la pandemia de la COVID 19, vuelve el Foro para unir esfuerzos y trazar estrategias ante una derecha, con una larga historia de afiliación con el imperialismo y de promover golpes de estado para quitar gobiernos progresistas que trabajan a favor de los ciudadanos.
   
Una derecha que en sus ataques recurre cada vez más a las nuevas tecnologías de la información. Por eso en esta vigésimo sexta cita no podía faltar el análisis del desafío que representa para la soberanía de los pueblos la batalla comunicacional.
   
Desde las redes sociales, como denunciaron los participantes, se publican noticias falsas, se desmeritan avances y se busca crear estados de opinión para incentivar acciones contra el orden constitucional.
   
También se urgió en Brasilia a consolidar la integración en aspectos tan importantes como el energético, sanitario y educativo,  pues la pandemia mostró las brechas existentes y la necesidad de unir esfuerzos ante un mundo cada vez más egoísta.
  
En sus más de 30 años de constituido el Foro de Sao Paulo ha sido un necesario espacio de diálogo, intercambio de experiencias y para desde la diversidad trazar el rumbo a seguir en defensa de los pueblos.
 
En el, ha señalado su secretaria ejecutiva, Mónica Valente, maduraron liderazgos políticos y sociales, se fortalecieron los movimientos antimperialistas y anticolonialistas.
   
En el Foro de Sao Paulo también se gestaron ideas concretas sobre la importancia de la integración regional para preservar la soberanía y trabajar en beneficio de los habitantes de la región.
  
Hoy este mecanismo de concertación continúa siendo esencial para luchar contra el hambre, la pobreza y las desigualdades, especialmente en un mundo pospandémico.
   
Y que tras la pausa por la COVID 19 regresara a Brasil, donde nació y que en la actualidad tiene un gobierno a favor de las mayorías y de la unidad latinoamericana y caribeña, encabezado por Lula da Silva, uno de sus fundadores, es sin dudas, un paso más en la consolidación del rol que desempeña en la integración de América Latina y el Caribe, una región, que como afirmara Fidel Castro tiene tantas cosas en común.