Ocasión para que los indígenas de la región sean escuchados y se conozcan sus soluciones y sugerencias
ante los diversos problemas ecológicos que enfrentan, que ponen en riesgo su supervivencia. (Foto:DW)

Por María Josefina Arce

En la ciudad brasileña de Belém de Pará abre sus puertas la Cumbre Amazónica, una oportunidad para coordinar acciones que permitan salvar la mayor selva tropical del planeta, donde se asientan unos 400 pueblos originarios.
   
Más de 40 millones de personas habitan esa vasta región selvática, que comparten ocho países de América del Sur y enfrenta numerosas amenazas como la deforestación, el extractivismo y los constantes ataques contra la cultura e identidad de las comunidades indígenas, fieles guardianes del principal pulmón del mundo.
   
Por eso, los expertos destacan la importancia de que la cita se realice en Belém de Pará, considerada la puerta de acceso al Norte de Brasil y principal punto de entrada para la  Amazonía.
   
Es una ocasión para que los indígenas de la región sean escuchados y se conozcan sus soluciones y sugerencias ante los diversos problemas ecológicos que enfrentan, que ponen en riesgo su supervivencia.
    
Desde hace mucho los pueblos autóctonos desarrollan la llamada economía verde, la agroecología y otras alternativas encaminadas a salvaguardar el entorno.
    
A esta cita se llega tras la efectuada en julio pasado en la selvática ciudad colombiana de Leticia, en la que participaron los ministros de Medioambiente de las ocho naciones que comparten este bioma, y a la que se sumaron los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro.
     
Asimismo se realizaron eventos paralelos con la asistencia de representantes de organizaciones internacionales, la sociedad civil, el sector privado, comunidades locales e indígenas.
    
El  encuentro de Belém de Pará ha estado antecedido además, por los denominados diálogos amazónicos, también efectuados en esa urbe brasileña, en los que precisamente se conocieron las distintas visiones, propuestas y demandas de los pueblos indígenas, sociedad civil e investigadores.
    
Alexandra Moreira, secretaria general de la  Organización del Tratado de Cooperación Amazónico, destacó la importancia de este evento con una agenda actualizada y en la que se abren temas como la urgencia de incluir de forma mucho más activa la ciencia, tecnología e Innovación, que debe estar en la búsqueda de un modelo diferente de desarrollo.
    
Entre los temas debatidos en estos días estuvo igualmente la reanudación de Bolsa  Verde, un programa creado en 2011 por el gobierno de la entonces presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores de Brasil.
     
Mediante Bolsa Verde se pagaba a familias en situación de pobreza y residentes en áreas protegidas o reservas, las cuales cuidaban con prácticas sostenibles.
    
Esperemos que la Cumbre Amazónica lleve a un serio compromiso de adoptar acciones concretas,  urgentes y de carácter obligatorio no solo a nivel nacional, sino también regional para proteger este bioma, vital para la lucha contra el cambio climático y la supervivencia de todo el planeta.