Canal sediento

Editado por María Candela
2024-02-29 08:44:34

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La escasez de lluvia, agravada por el fenómeno de El Niño, gravita sobre una ruta que facilita el paso de seis por ciento
del comercio mundial a través de 82 kilómetros, distancia para conectar los océanos Atlántico y Pacífico. (Foto:DW)

Por Roberto Morejón

En el año del aniversario 110 de su inauguración, el Canal de Panamá sufre estragos por la sequía, con la declinación del número de barcos que pueden navegar, en lo que se interpreta como un nuevo llamado de atención al comportamiento del tráfico marítimo internacional.

La escasez de lluvia, agravada por el fenómeno de El Niño, gravita sobre una ruta que facilita el paso de seis por ciento del comercio mundial a través de 82 kilómetros, distancia para conectar los océanos Atlántico y Pacífico.

La disminución de las precipitaciones afectó agudamente el nivel de agua imprescindible para la operación de las esclusas, por lo que la administración del Canal y el gobierno panameños buscan alternativas.

Entre ellas la construcción de un nuevo embalse en el río Indio, con el peligro de inundar zonas pobladas y enfrentar protestas populares.

A juzgar por los entendidos, Panamá resiste, como todo el planeta, los rigores del cambio climático, aunque la situación se complica porque obras proyectadas para complementar su infraestructura debieron aplazarse a causa de las crisis económicas a nivel global.

No se trata de una baja en los ingresos, porque en 2024 se estima que aumentarían en cerca de 134 millones de dólares, aunque lejos de las previsiones, que se referían a más de seis mil millones.

Entre las razones de la merma destaca que deberían cruzar la vía entre 36 y 38 buques diarios, pero solo lo hacen 24, ante el descenso del nivel de aguas que también se utilizan para cubrir requerimientos de la mitad de la población del país istmeño.

Como era de esperar los principales usuarios del Canal, Estados Unidos y China, son los más perjudicados aunque Chile y Perú lanzan alarmas porque lo necesitan para trasladar sus frutas, entre otros propósitos.

México propone un mayor manejo de un corredor interocéanico en el istmo de Tehuantepec que separa al Océano Pacífico del mar Caribe y Colombia tiene planes en cartera.

Mientras las aguas regresan y se deciden las opciones, los panameños piensan atinadamente que el futuro económico del país está en juego.

Ello ocurre en circunstancias especiales, pues Panamá dejó atrás encendidas protestas contra un proyecto minero, abortado a la postre.

El mundo mira con estupor, pues solo el Canal de Suez, con 10 por ciento de los buques del planeta, rebasa el tráfico del Canal de Panamá.

 

 



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